Proyecto

Valencia ganará la batalla del tráfico de contenedores a Algeciras con la nueva terminal

La ampliación supondrá elevar la capacidad del puerto desde algo más de siete millones de contenedores a doce, y consolidar así su situación preferencial dentro de España

Buques repletos de contenedores en el puerto de València, este jueves.

Buques repletos de contenedores en el puerto de València, este jueves. / DANIEL TORTAJADA

Juanma Vázquez

El reclamado desbloqueo de la construcción de la nueva terminal de contenedores en el Puerto de Valencia -anunciado este pasado jueves por el ministro de Transportes, Óscar Puente, y cuya aprobación en el Consejo de Ministros se hará el próximo martes- abrirá muchos horizontes de avance para la economía valenciana. Uno de los más destacados será el impulso que proporcionará esta nueva instalación, la más grande del Mediterráneo, para el desarrollo del comercio exterior, siendo con ello además una pieza clave -gracias a la ampliación que elevará su capacidad- para superar a Algeciras en la histórica batalla entre ambos por ser el principal puerto de España en lo que a movimiento de contenedores se refiere.

No en vano, los últimos datos ofrecidos por Puertos del Estado sobre cómo se está comportando la carga y descarga de mercancías en las distintas instalaciones marítimas del país muestran cómo el enclave gaditano ha acumulado en lo que va de año 3,96 millones de TEUS (contenedores equivalentes a 20 pies o seis metros de longitud), casi el mismo dato que suma hasta ahora el valenciano con 3,99 millones de TEUS. Sin embargo, la llegada a esos registros ha sido considerablemente diferente. Mientras el puerto valenciano ha sufrido en este ejercicio un golpe considerable tanto en el tránsito de contenedores (-6,2 % hasta quedarse en 1,94 millones de TEUS) como en la combinación de este más el volumen de operaciones de exportación e importación (8,5 % de caída) respecto a 2022, el de Algeciras ha aguantado mejor el envite.

Diferencias geográficas

La situación geoestratégica privilegiada del puerto andaluz para el tránsito de las rutas transoceánicas que conectan el sudeste asiático con la costa atlántica del continente americano ha permitido que el volumen de contenedores en tránsito que pasa por Algeciras, elemento preponderante dentro de sus cifras, únicamente se haya reducido en un 0,7 % hasta los 3,30 millones de TEUS. Con esa menor caída, la amenaza es que pueda acabar cerrando el año con mejores registros que el de Valencia, rompiendo así una tendencia entre ambas que mayoritariamente ha sido favorable a las instalaciones del Grao.

En ese contexto de ajustada 'batalla', la nueva terminal que se prevé que esté lista para 2029 será una infraestructura clave para poder decantar la balanza. No en vano, esta tendrá una capacidad para albergar cinco millones de contenedores anuales en su superficie de 136 hectáreas, lo que elevará el volumen total que la instalación es capaz de asumir hasta los 12 millones de TEUS por año. Además, ese incremento de capacidad irá acompañado de otra ventaja como es la posibilidad de que buques de última generación, los conocidos como 'Megamax', puedan operar en el Puerto de València y atraer gracias a ello un mayor tráfico de mercancias.

La incertidumbre climática

Todo ello, eso sí, siempre con un foco de incertidumbre abierto. Porque en menos de un mes, el 1 de enero de 2024, entrará en vigor el 'Europe Trading System', un nuevo sistema de tasas medioambientales en los puertos impulsado por la Unión Europea (UE) donde se cobrará a las firmas del sector naviero un derecho de emisión determinado dependiendo de cuál sea la distancia que lleven a cabo con sus buques.

Un coste que, además de que podría suponer entre 300.000 y 400.000 euros de impacto económico extra por cada escala que haga un buque en instalaciones del Viejo Continente, el sector teme que pueda derivar en un desvío de los tráficos a otros puertos exentos de esta normativa como el de Tánger, una opción que de confirmarse lastraría sin duda el esperado éxito de la nueva terminal.

[object Object]

El ‘sí’ del Gobierno a la nueva terminal del Puerto de Valencia siguió este viernes generando reacciones en la plana política y empresarial. Uno de los primeros en hacerlo fue el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que pidió que las obras para la ampliación se realicen “por vía de urgencia”. “El mecanismo de la ley de contratos nos permite ir a la vía de urgencia cuando es una cuestión de interés público o de necesidad inaplazable. Yo creo que en el Puerto de Valencia, se cumple la necesidad inaplazable y el interés público”, defendió el jefe del Consell, que llamó a “acortar los plazos al máximo”.

Por su parte, la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, señaló que el Ejecutivo de Pedro Sánchez está comprometido con el “desarrollo irrenunciable” del puerto -aunque no quiso valorar ni el rechazo de Compromís a la decisión ni si hay diferencias entre PSOE y Sumar al respecto- y que esta ampliación “contribuye al trabajo que viene haciendo la Autoridad Portuaria de Valencia para eliminar la huella de carbono” del recinto. En una línea parecida, el secretario general del PSPV, Ximo Puig, defendió la “sensibilidad especial” que tiene el Gobierno central con la Comunitat Valenciana y tildó de “absolutamente falso y ridículo” las palabras de Mazón señalando que el Ejecutivo de Sánchez “no entraba en la ecuación del futuro” de la autonomía.

"Beneficio" para España y Europa

Más allá de políticos, este viernes el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro, incidió de nuevo en que la nueva terminal será una inversión para la Comunitat Valenciana y un "beneficio" tanto para España como para Europa. Y recordó que el puerto representa "un 3 % del PIB " y crea unos 50.000 empleos "en barrios periféricos" de la capital del Turia como la Malvarrosa, el Cabanyal y Nazaret.

Suscríbete para seguir leyendo