Industria

Stellantis: de “farolillo rojo” al liderato mundial en una década

De la mano de Tavares, el grupo pasó de perder más de 5.000 millones en 2012 al segundo puesto del ranking de fabricantes de coches por beneficios este año, solo superado por Toyota

Trabajadores de Stellantis, ayer, en el cambio de turno de la tarde.

Trabajadores de Stellantis, ayer, en el cambio de turno de la tarde. / JAVIER TENIENTE

J. C.

La “receta Tavares” funciona. La estricta política de contención y ajuste de costes y de primar la rentabilidad por encima de todo del ejecutivo portugués ha permitido al grupo Stellantis pasar en poco más de una década de ser el farolillo rojo de la industria del automóvil al liderato, convirtiéndose este año en el segundo fabricante de coches a nivel mundial por volumen de beneficios, casi 11.000 millones de euros en el primer semestre, solo superado por Toyota. Y lo ha conseguido a la vez que aumentaba el tamaño de la antigua PSA Peugeot Citroën, primero con la absorción de Opel (la filial europea de General Motors), y después con la integración del conglomerado italoamericano Fiat Chrysler Automobiles (FCA). Es, además, el grupo europeo con más beneficios, aunque no el que más vehículos ensambla (la alemana Volkswagen AG sigue líder).

El caso de Stellantis destaca entre los principales OEM del sector de las cuatro ruedas y la movilidad. Los beneficios (10.918 millones hasta junio, un 37% más que en el mismo periodo del año pasado) crecen más que las ventas (+9%), por lo que el dinero que el grupo gana por cada vehículo producido es cada vez mayor, todo esto en un contexto de crisis de materias primas y problemas en el abastecimiento de componentes, sobre todo tecnológicos, los semiconductores. Es además el fabricante de coches más rentable de Europa, lo que es muy significativo siendo el Viejo Continente sede de algunas de las enseñas premium más cotizadas –y caras– del mundo, alcanzando en los primeros seis meses del año un margen operativo ajustado del 14,4%.

Competidor global

Pero Stellantis ya es un competidor a escala mundial. De hecho, solo Toyota supera al holding ahora con sede en Holanda en el ranking internacional de constructores por beneficios, con 11.745 millones de euros hasta junio. Tras Stellantis siguen Volkswagen (8.521 millones de euros), Hyundai/KIA (8.025), Mercedes (7.508), BMW (6.620), Tesla (4.791), GM (4.556), Ford (3.372), Honda (2.711) y el consorcio Renault-Nissan-Mitsubishi (2.124).

Con estos resultados, nadie en el grupo ni en la industria del automóvil pone en duda las capacidades de Carlos Tavares como gestor y de su receta de ajuste de costes, discutida en cambio por los trabajadores de sus fábricas (y su red de proveedores). El propio Tavares les daba las gracias en la presentación de resultados semestrales: “Quiero expresar mi gratitud a todos y cada uno de los empleados y me enorgullece decir que los equipos están cumpliendo en múltiples dimensiones. Estamos bien posicionados para lo que queda de 2023 y para más allá”. La multinacional mantiene intactos sus planes para que en 2030 todos sus coches sean eléctricos y alcanzar entonces los 300.000 millones de euros en ingresos.

Balaídos encara la negociación del nuevo convenio colectivo

El actual convenio colectivo del centro de Vigo de Stellantis expira el próximo 31 de diciembre y la empresa quiere empezar a negociar el nuevo antes. Será el momento en el que el grupo ponga encima de la mesa el plan industrial que tiene para las instalaciones gallegas en los próximos años, un plan que, como ya avisaron responsables de Stellantis en reiteradas ocasiones, dependerá en buena medida de las ayudas públicas que cosechen de la segunda edición del Perte para el Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC), cuyo reparto podría conocerse antes de finales de año.

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