Será el tercer técnico

El Nápoles cambia de entrenador antes de recibir al Barça

El presidente del club italiano elige a Francesco Calzona, el actual seleccionador de Eslovaquia, para sustituir a Walter Mazzarri

Walter Mazzarri, sentado en el banquillo, aguarda a que empiece el Atalanta-Nápoles.

Walter Mazzarri, sentado en el banquillo, aguarda a que empiece el Atalanta-Nápoles. / EFE

Joan Domènech

Mientras Walter Mazzarri, el entrenador del Nápoles, estaba dirigiendo el penúltimo entrenamiento previo al duelo con el Barça de este miércoles (21 horas), el presidente del club, Aurelio de Laurentiis, estaba reunido con el técnico que le va a sustituir. Un ejemplo del particular funcionamiento vesubiano de la entidad, del mismo modo que existe una erupción volcánica propia que toma el nombre del Vesubio.

"Adiós muchachos, adiós a todos", fueron presuntamente las palabras de Mazzarri al abandonar el centro de entrenamiento del Nápoles en Castel Volturno ante los periodistas congregados mientras otros andaban pendientes de la reunión del presidente De Laurentiis con Francesco Calzona, el escogido para relevar al técnico en un hotel del paseo marítimo napolitano.

El Nápoles presentará un nuevo entrenador, el tercero de la temporada, para enfrentarse al Barça en la ida de los octavos de la Champions. De Laurentiis, harto de la constante caída del equipo, tomaba otra decisión drástica, una más en el club del que es propietario.

De Laurentiis fulminó primero en noviembre a Rudi Garcia, el sustituto de Spalletti, el técnico campeón.

Negociar los ayudantes

La mayor dificultad para contratar a Calzona, italiano de 55 años, reside en que es el actual seleccionador de Eslovaquia y debería simultanear las dos tareas hasta final de temporada. No interfiere tanto la participación del cuadro centroeuropeo en la Eurocopa de este verano como en los preparativos del parón de selecciones que habrá en marzo: los días 23 y 26 se enfrenta a Austria y Noruega en sendos amistosos.

Otro punto de negociación, no menor, era la discusión sobre los ayudantes que acompañarían a Calzona de regreso a Nápoles y los que continuarían con sus labores cotidianas en la selección. Calzona ya perteneció en el pasado al club celeste, ya que fue ayudante de Maurizio Sarri y de Luciano Spalletti. El trabajo en Eslovaquia se le ofreció, en parte, por los buenos informes de Marek Hamsik, exjugador del Nápoles durante 12 temporadas.

Mazzarri intenta calmar a Osimhen durante el duelo frente al Roma.

Mazzarri intenta calmar a Osimhen durante el duelo frente al Roma. / EFE

El Nápoles es noveno, a 9 puntos de la Champions (Atalanta) y de la Europa League (Bolonia)

Dos campeones derrocados

El duelo Nápoles-Barça representa el pulso entre dos campeones venidos a menos. Tan a menos que antes de que concluyera el año en el que se coronaron (2023) ya se habían despedido de la posibilidad de revalidarlo. Peor anda el Nápoles que el Barça, con la seria amenaza de no volver a Europa. Ni siquiera a la Europa League o la Conference League.

El Barça es tercero y Xavi Hernández conserva el puesto, entre el peso de su nombre por la legendaria carrera que firmó en el equipo azulgrana y el respeto que le profesa Joan Laporta. El presidente que echó a Ronald Koeman y despidió a Leo Messi (y no lo devolvió al Camp Nou), admitió que si el entrenador no hubiera sido Xavi ya lo habría fulminado.

Luciano Spalletti, seleccionador italiano, junto a Federico Chiesa, delantero de la Juventus.

Luciano Spalletti, seleccionador italiano, junto a Federico Chiesa, delantero de la Juventus. / EFE

Al Nápoles se le marchó Spalletti, el genio que lo encumbró 33 años después del último Scudetto. El entrenador, de 64 años, alegó que deseaba tomarse un año sabático al terminar la pasada campaña, pero en agosto asumía la plaza de seleccionador italiano.

El Nápoles, en cambio, está en el noveno lugar de la tabla, con 36 puntos, a nueve de la última plaza de la Champions y la de la Europa League que ocupan, respectivamente, el Atalanta y el Bolonia (45). El relevo persigue, sobre todo, que la reacción propulse al equipo a las posiciones que dan acceso a Europa con 14 jornadas de liga por delante.

Rudi Garcia dirige al Nápoles en su visita al Salernitana.

Rudi Garcia dirige al Nápoles en su visita al Salernitana. / EFE

Garcia ganó 8 de los 16 partidos que dirigió; Mazzarri, apenas ha sumado 6 victorias en 17 encuentros.

Un partido más

El empate con el Genoa en casa (1-1), que venía tras una derrota ante el Milan en San Siro (1-0), ha condenado definitivamente al técnico italiano, que apenas ha aguantado tres meses en el banquillo. En noviembre sustituyó a Rudi Garcia. La marcha del equipo, lejos de mejorar, ha empeorado sustancialmente. Su posición era muy débil y el despido estaba cantado desde hace semanas. La única duda residía en saber cuándo se produciría. Y la respuesta se demoraba hasta que De Laurentiis encontrara un sustituto que le convenciera y se aviniera a trabajar con él y sus peculiaridades, entre las que están su incapacidad para despedir a los suyos como dios manda.

Primero se cargó a Garcia. Había durado cuatro meses, desde junio. Una derrota con el Empoli, y en casa como agravante, sentenció al elegido por él. García ganó 8 de los 16 partidos que dirigió, la mitad.

Mazzarri no alcanzó ese listón pese a que el propósito era elevarlo; al final contó un partido más (17), pero solo obtuvo seis triunfos, expulsado de la Coppa y subcampeón de la Supercopa al perder con el Inter. Su anterior etapa en el Nápoles había sido mucho más existosa al conquistar la Coppa en 2012 y clasificarlo segundo al año siguiente en la liga.