El piloto ibicenco Nicholas Boelter volverá este año a participar en el Campeonato de España de drifting, en el que no competía desde que en 2016 conquistara el título nacional en la categoría de semipro. De momento, el isleño, que es representante del Automóvil Club de Ibiza (ACI), correrá este fin de semana en la cita inaugural del calendario estatal, que tendrá lugar en el circuito de Montmeló y lo hará en la división Pro2, un escalón por encima de lo que lo había hecho en el pasado.

Boelter buscará obtener un buen resultado que le permita conseguir subvenciones suficientes como para completar todo el Campeonato de España. Después de la carrera de Montmeló, la segunda parada está programada en Miranda de Ebro (León) el 1 y de junio. La tercera se disputará en el circuito de Cartagena los días 29 y 30 de junio. La cuarta será en el circuito FK1 en Valladolid (los días 7 y 8 de septiembre), mientras que el circuito de Can Padró (Barcelona) acogerá la quinta carrera el 5 y 6 de octubre. La sexta y última se correrá el 2 y 3 de noviembre en Navarra.

El del ACI fue en 2016 campeón de España de drifting en la categoría semiprofesional pero ya no pudo defender su corona. Intentó continuar corriendo al año siguiente en la categoría profesional pero no pudo hacerlo por motivos económicos.

Este año el club de Boelter quiere que su piloto compita. «Haremos el esfuerzo a ver qué pasa», manifestó ayer Manolo Adana, portavoz del Automóvil Club de Ibiza. «Si pudiéramos iríamos a todas», comentó también Adana, que cifró en unos 5.000 euros el gasto de participar en cada una de las carreras con un equipo formado por seis personas.

Ahora, con un coche mejorado, Boelter intentará plantar batalla ante los grandes especialistas nacionales. Ha tenido que adaptar su automóvil a las exigencias de correr en una categoría superior, tanto en el apartado de seguridad como en el mecánico. En este último aspecto, ha conseguido una potencia de unos 350 CV, que están lejos de la de coches de algunos adversarios, que superan los 500 CV, pero con los que el ibicenco espera ser competitivo.

Reto complicado

«Va a estar complicado porque la diferencia de motor con varios rivales es importante. Pero lo bueno de este deporte es que no cuenta sólo el coche sino que también importa mucho la habilidad del piloto. Entonces ahí es donde a lo mejor podemos puntuar», dijo el automovilista.

Boelter explicó que el drifting es una modalidad en la que hay que «hacer derrapar el coche de forma controlada» y esto lo puntúan unos jueces. Cuentan variables como la velocidad, el ángulo de derrape, la trazada y «no es un derrape a lo loco», señaló.