Nicholas Boelter (Ibiza, 1987) está a punto de proclamarse campeón de España de automovilismo, en la modalidad de drifting, que es un estilo de conducción de vehículos que consiste en derrapar de manera que el coche forme un ángulo con la dirección en movimiento.

El piloto pitiuso lidera actualmente el nacional en categoría semiprofesional, con 81 puntos, 30 más que el segundo clasificado, Juan Antonio Pérez y 32 más que Juan José Mimbrero, tercero en la clasificación general provisional. En el estatal hay tres categorías: profesional, semiprofesional y AM y en cada prueba compiten unos 60 vehículos.

Hasta el momento se han disputado cuatro carreras -en Valencia, Valladolid, País Vasco y Navarra-, consiguiendo el pitiuso dos primeros puestos y dos cuartos, lo que le ha llevado a liderar esta llamativa y novedosa competición de motor.

Faltan por disputarse dos pruebas y está previsto que ambas tengan lugar en Cataluña. La primera de ellas, este próximo fin de semana próximo en el circuito de Can Padró y la última a principios del mes de octubre, aunque falta por decidirse la sede.

Boelter participa en esta vistosa competición con un Nissan 200 SX, del año 1995, y que tiene una potencia de 280 CV, muy lejos de los grandes equipos, que incluso compiten con coches super preparados de 600 CV.

El piloto ibicenco espera proclamarse campeón de España este mismo fin de semana, un título que no conlleva ninguna compensación económica, pero que le dará la posibilidad de participar la temporada próxima en el nacional de la máxima categoría

El Automóvil Club de Ibiza y Formentera es el patrocinador del habilidoso piloto, que ha dispuesto de un presupuesto de unos 15.000 euros, además del trabajo desinteresado de un equipo humano, al frente del cual está Manuel Adana, que ejerce de coordinador.

El diminuto presupuesto de este equipo pitiuso ha reducido la competitividad de Boelter en algunas pruebas, pero confía en obtener ayudas de algunos patrocinadores para cubrir algunos gastos de esta campaña y estudiar la viabilidad de participar la próxima temporada en el nacional, en el europeo e incluso en el mundial.

La afición de Boelter por esta especialidad automovilística empezó cuando era un adolescente de 17 años y veía videos de este tipo de pruebas que se hacen en Japón, donde se inició el drifting. Esta repentina pero irrenunciable afición le llevó a querer también aprender japonés y su profesora, Fumie Imaoka, le acompañó en un primer viaje que hizo al país asiático en el año 2008.

Entrenó en una escuela de pilotos que hay en la ciudad de Ebisu y allí su afición se transformó en un reto: el de convertirse en piloto de drifting. Cuando volvió a Ibiza, cada vez que ha querido entrenar ha tenido que desplazarse a Palma, pagándose todo de su bolsillo. Lo que pudo ahorrar lo invirtió en 2015 en un segundo viaje a Japón, de donde regresó entusiasmado con la idea de participar en el primer Campeonato de España que se ha organizado este año por primera vez y que ahora está a punto de ganar. «Para mí era un sueño participar en el nacional y ahora es un ´resueño´ ver que puedo ser campeón, pero espero que mi carrera no se detenga aquí. También aspiro a convertirme en un piloto profesional», declaró.

Boelter es un soñador que no cobra por pilotar su Nissan, a pesar de los riesgos que conlleva. Tampoco recibirá ningún premio en metálico si es campeón y tiene bastante asumido que volverá a rascarse el bolsillo, pero luchará para que su sueño no derrape.