Se despejó la incógnita y la Unión Deportiva Ibiza jugará esta temporada 2018-19 en la Segunda B, en principio en el grupo IV, ocupando la plaza que deja el inhabilitado Lorca FC. Lo hará tras abonar casi medio millón de euros por derechos deportivos (482.831,58 exactamente). La decepción que los aficionados del club ibicenco sufrieron el pasado 24 de junio, cuando su equipo se quedó sin ascenso a Segunda B tras caer con el Atlético Levante en los penaltis, se transformó ayer en alegría al saber que finalmente estarían en la categoría de bronce nacional.

Fue un martes frenético. Después de que el lunes no se aclarara si se aceptaban las alegaciones presentadas por el Lorca FC, que se había aferrado hasta el último momento para no tener que bajar a Tercera, alrededor de las dos de la tarde se conocía que los lorquinos quedaban inhabilitados.

La Real Federación Española de Fútbol publicaba una circular en la que informaba de que el Lorca perdía su plaza por «no cumplir los requisitos económicos» estipulados en el reglamento federativo. En el documento se emplazaba también a «un informe de Competiciones» para ver qué club de los solicitantes tenía «el mejor derecho deportivo para ocupar la plaza vacante en el grupo IV de Segunda B».

Un par de horas después se conocía, también a través de otra circular federativa, que era el club presidido por Amadeo Salvo. Con un total de 101 puntos (88 en la Liga y 13 en el play-off, que sumó 84 (75 de fase regular y 9 de fase de ascenso) y el Real Jaén CF, que obtuvo 75 (74 en fase regular más uno en fase de liguilla).

A los de Vila les daban 24 horas, con plazo hasta hoy miércoles a las 15 horas, para abonar la cantidad económica exigida. Sin embargo, el pago del dinero fue prácticamente instantáneo y poco antes de las cinco de la tarde era la propia UD Ibiza la que confirmaba, vía Twitter, que habían satisfecho la cantidad exigida por la RFEF.

El interés del club de Vila por una posible vacante del Lorca FC comenzó el pasado 23 de julio, cuando se conoció que el club pidió ocupar el sitio de los murcianos, descendidos de Segunda y con una crisis institucional que les hizo renunciar a su plaza en Segunda B. La RFEF no la aceptó y el club llegó a entrar en el sorteo del grupo IV. Vencido el plazo para abonar la deuda contraída, los murcianos no pagaron a tiempo. Entonces el ente federativo les dio un periodo de alegaciones y el 1 de agosto informó oficialmente de que podría quedar un plaza vacante para los clubes interesados. Seis días después todo se ha resuelto a favor de la UD Ibiza, a pesar de que el Lorca intentó mantenerse en Segunda B con la llegada de un nuevo propietario.

¿Permuta para ir al grupo III?

El conjunto que dirige Salvo, que en su día fue presidente del Valencia CF de Primera División, debería militar en el grupo IV, aunque ayer también se especuló con la posibilidad de que los de Vila acaben finalmente en el grupo III. Sería ejecutando una permuta de plaza con el Conquense. Desde la entidad de Castilla-La Mancha aseguraron a este rotativo que desconocían este extremo, mientras que en el club de Can Misses tampoco aclararon nada. El Murcia vivió una experiencia parecida cuando fue descendido administrativamente de Segunda a Segunda B, en 2014, y tuvo que jugar en el grupo I a pesar de sus intentos para hacerlo en el IV.

Por tanto, si no hay cambios a la UD Ibiza le tocaría debutar el fin de semana del 25 y 26 de agosto en el campo del Sevilla Atlético, que el curso pasado jugó en Segunda. El estreno en casa sería la semana siguiente frente al Atlético Sanluqueño, con el que ha fichado Edu Oriol, exjugador de los ibicencos.

Con la llegada a la Segunda B del club de Salvo, las Pitiusas recuperan el fútbol de bronce tras los descensos este año del Formentera y de la Peña, que no pudieron mantenerse en una categoría muy exigente y complicada.

Hay que recordar, además, que es el segundo ascenso administrativo a Segunda B, en apenas un año, que consigue el fútbol pitiuso. El 3 de julio de 2017 se confirmó que la Peña ocupaba la plaza del Mallorca B -obligado a bajar a Tercera por el descenso del primer equipo a la categoría de bronce-.

En aquella ocasión la RFEF se decantó por los peñistas aplicando el criterio de territorialidad (al encuadrar a los de Santa Eulària en el grupo III) y por su trayectoria en el play-off (en la que superaba así en la pugna al Poblense mallorquín).