El primer derbi entre los dos clubes de la ciudad de Ibiza que esta temporada compartirán estadio, el Municipal de Can Misses, en Tercera División, cayó del lado del recién ascendido en un encuentro de preparación que poco tuvo de amistoso (0-3).

La UD Ibiza entregó sus galones de aspirante a la Segunda División B en manos de su enemigo más íntimo en un choque que tuvo dos partes bien diferenciadas y que estuvo salpicado por acciones de dureza que propiciaron un par de tanganas. La tensión se respiró incluso en la grada, con los aficionados de uno y otro equipo separados por el palco, donde también saltaron chispas por un comentario ofensivo tras una fea entrada sobre un futbolista de la UD. El morbo para esta temporada está servido.

En lo deportivo, el aspirante a campeón echó por tierra en la segunda mitad la buena imagen ofrecida durante los primeros 45 minutos. El once inicial del renovado conjunto de Antonio Méndez dejó muy buenas sensaciones, sobre todo futbolistas con empaque y solvencia como el central Gonzalo de la Fuente, el lateral Fran Grima o el mediapunta Cristian Herrera.

Los chicos de Amadeo Salvo llevaron la batuta en los primeros 45 minutos, en los que pudieron adelantarse en sendos remates de Sergi Perelló y Gonzalo. Su dominio se diluyó tras el descanso y el deslavazado carrusel de cambios.

Segunda parte

Enfrente, el bloque titular del Puma Racero parecía una selección de futbolistas de las Pitiüses. Los herederos de sa Deportiva han sido capaces de conformar un ilusionante combinado que no ha tardado en sorprender a propios y extraños.

Con mayor rodaje y grados de compenetración entre los jugadores, el CD Ibiza dio un paso al frente en la segunda mitad y comenzó a arrinconar a su rival. Cristian Terán, a los 54 minutos, culminó un excelente servicio de Winde con una vaselina a la remanguillé que superó a Chanza. Minutos antes el joven guardameta protagonizó una soberbia estirada para despejar el potente disparo del extremo senegalés.

Su sustituto en la portería minutos después, Alejandro Román, debutó con escasa fortuna siendo víctima de dos errores que precipitaron la goleada. Primero se enredó con el balón tras una complicada cesión de Ndao; el despeje rebotó sobre Kike Fajarnés y el balón volvió en dirección al fondo de las mallas (min. 84).

A tres minutos para el final, Ortiz vio descolocado al guardameta y ajustó el balón, lejos de su alcance, a 25 metros de distancia, cerrando así el primer derbi vilero.