El técnico de la UD Ibiza, Juan Carlos Carcedo, aseguró ayer en rueda de prensa que el equipo está «herido en el orgullo» tras la última derrota frente al Cartagena por 5-1, y se mostró confiado en que la escuadra ibicenca hará este domingo frente al Mirandés «un gran partido».
En la comparecencia previa al encuentro que se disputa en Can Misses, el preparador riojano manifestó su «máximo respeto» por el rival, que tiene un «buen entrenador» y jugadores jóvenes que «cada año están destacando». Para Carcedo, el Mirandés tiene «la cosa de la juventud, que les puede salir un partido muy bueno o que les pueden remontar».
«Son un equipo un poco imprevisible. Tendremos que dar nuestro mejor nivel y tendremos que presionarlo porque es un equipo que combina muy bien», destacó el entrenador.
Carcedo reconoció que tras el partido frente al Cartagena, el conjunto celeste tuvo una semana «más complicada» de lo habitual, porque «una derrota con tantos goles no es de buen gusto y es dolorosa». Según detalló, han trabajado para intentar «solucionar los errores» cometidos, por lo que espera para este domingo la «mejor versión» de la UD Ibiza.
En cuanto a posibles cambios en defensa o en portería, el entrenador señaló que tiene «confianza» en todos los jugadores y que es el rendimiento de cada uno el que va dándole los minutos que considera el cuerpo técnico.
En todo caso, afirmó que lo importante es el «rendimiento del grupo» y que cuando ocurre una derrota como la del partido frente al Cartagena, lo primero es «recuperar a la gente» porque todos acaban «fastidiados».
Carcedo tiene claro que no se deben repetir errores como los dos penaltis que cometieron los debutantes Escobar y Gálvez porque «cuando haces dos penaltis ese partido lo vas a perder», puntualizó.
El técnico advirtió que el equipo tiene que ser nuevamente «fiable» y volver a ser el de las jornadas anteriores, un equipo «difícil de ganar». «Nuestro objetivo, si se tiene que conseguir, se va a conseguir aquí en casa», añadió Carcedo, con la mirada puesta en ganar los tres puntos para lograr de nuevo «tranquilidad» y volver a la senda de la «buena dinámica» que llevaba la UD desde el inicio de su andadura en Segunda División.
