La isla de Ibiza cuenta desde hace poco más de seis meses con una nueva entidad deportiva que, sin duda alguna, supone una decidida apuesta por aportar aire fresco al mundo de la gimnasia rítmica pitiusa. Les estamos hablando del Club Deportivo Hema, un humilde y prometedor proyecto surgido de la ilusión y de la pasión de un grupo de jóvenes ibicencos por dicho deporte, que en el pasado mes de junio de 2018 decidieron constituir y fundar un nuevo club con idea de promocionar y acercar la gimnasia rítmica a las féminas del entorno de los núcleos poblacionales de Sant Agustí, Sant Josep y es Cubells.

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En este sentido, Lucía Herrera, entrenadora y una de las fundadoras del Club Deportivo Hema, detalla: «El club se fundó porque mi compañera Claudia Mazuelos y yo, que ya habíamos trabajado antes juntas, queríamos poner en marcha un proyecto propio para fomentar y traer la gimnasia rítmica a las niñas del municipio de Sant Josep, aunque también hay algunas chicas que vienen desde Eivissa». «Este club es una ilusión que teníamos y queríamos cumplir, sobre todo después de terminar nuestra formación. Y, por ahora, la satisfacción para nosotras y para Fernando Pérez, que es también entrenador y nuestro presidente, es muy grande, ya que hacemos además muchas actividades extras para que las niñas convivan juntas y se unan como si fueramos una misma familia», matiza la entrenadora del Hema.

Un futuro de lo más prometedor

Actualmente, en el club Hema cuentan con casi una treintena de gimnastas, según indica Lucía Herrera, que se dividen por grupos y niveles, «las de iniciación, las de competición y aquellas que simplemente se toman la gimnasia rítmica como una actividad física complementaria o que entrenan por mera afición».

«La idea ahora, de cara a la nueva temporada, es empezar a promocionar mucho más en serio los cursos que realizamos porque nuestra intención es poder acercar la gimnasia rítmica al máximo de gente. Hoy en día tenemos con nosotras a nenas desde los 3 años de edad, otras algo más mayores que son del grupo de competición federado que ya estaba trabajando con nosotras desde hace algún tiempo, y hasta algunas chicas con algo más de 30 años que fueron compañeras mías cuando yo era gimnasta», destaca la cofundadora del club Hema, dado que el propio nombre de la entidad surgió de la suma de las dos primeras letras de los apellidos Herrera y Mazuelos

Crecer amando la gimnasia rítmica

Precisamente, Claudia Mazuelos, gimnasta y entrenadora de nivel 1, es la que se encarga de dirigir los entrenamientos «del grupo de las babys».

«Llevo haciendo gimnasia rítmica desde que tenía 4 años. Es algo que me apasiona y que me gusta mucho. Siempre he querido ser entrenadora, incluso cuando era pequeña», subraya Mazuelos, quien a la hora de resumir su labor con las más peques del club, señala: «Con las nenas más pequeñas hacemos un trabajo que está más orientado a los juegos y a algunos ejercicios para que se lo pasen bien. Me gusta transmitirles pasión por la gimnasia, que se diviertan con ella y que la disfruten al máximo. Siempre les digo que hay que ser muy constantes si lo que de verdad quieren más adelante es llegar a ser gimnastas».

Educando en valores

En el club Hema, cuyas gimnastas entrenan de martes a sábado, entre las seis horas semanales para las que menos trabajo realizan y las 20 horas para las que reciben un entrenanamiento más específico e intenso, se han marcado como un objetivo primordial «la educación en valores».

«Eso es algo que tenemos muy claro y un tema en el que insistimos mucho día a día. Preferimos contar antes con niñas respetuosas, que sean buenas compañeras y que aprendan a ser personas educadas para el día de mañana, a tener niñas que ya desde pequeñas van de estrellitas», apunta Lucía Herrera, quien, además, aspostilla: «Otra cosa en la que también machacamos mucho es en los estudios, ya que a las niñas les exigimos unos mínimos. Si no es así, hablamos con los padres y jugamos con los entrenamientos para ver de qué manera podemos conseguir que rindan más en los estudios. Somos un club bastante familiar y en el que queremos, más allá de la competición, que nos salgan, por encima de todo, buenas niñas».

Esfuerzo y espíritu de superación

Centrándonos en el ámbito de la competición, en el club Hema apuestan sobre seguro en la formación de sus jóvenes gimnastas. Un aspecto importante en la metodología que aplican en sus entrenamientos pasa por inculcar en su alumnas «la autoconfianza» y la certeza de que «todo esfuerzo tiene al final su recompensa».

«A las niñas les enseñamos que una medalla es solo eso, que es una cosa de un momento y algo que no va a decir si eres mejor o peor gimnasta por lo que hacen en un minuto y medio. Lo más importante para nosotras es que las niñas progresen, que se sientan a gusto consigo mismas, que vean que han trabajado y que su esfuerzo tiene una recompensa que no es una medalla, que si vienen, bienvenidas sean, sino que su mayor premio está en superarse a sí mismas y en proponerse metas con ilusión para competir contra una misma por tratar de alcanzarlas».

Es el caso, por ejemplo, de Miley Marí, de 9 años, una gimnasta del club de la categoría alevín que ha sido seleccionada por la Federación de Balears para formar parte de un programa de seguimiento y de formación de las mejores promesas del deporte.

«Pensamos que es muy positivo ir a esas jornadas porque no sólo se beneficia ella de la formación, sino que la aprovechamos después para trasladarla también al resto de nuestras gimnastas para que ellas también se enriquezcan de esos conocimientos», valora Lucía Herrera.

También destaca Chiara Eivissa, una gimnasta de 15 años cadete superior y de base, quien a la hora de referirse a su día a día en el club, comenta: «Empecé con la gimnasia a los 6 años porque tenía antes otros hobbys. Hice hípica, ballet y varias cosas más, como gimnasia artística en otro club, pero, al final, me quedé con la rítmica porque me dijeron que para artística tengo mucho ritmo en el cuerpo y aquí en en el Hema es donde mejor y más a gusto me sentía».

En busca de instalaciones óptimas

El club Hema, que entrena en un espacio cedido en el colegio Es Vedrá de Sant Agustí, no recibe por ahora subvención oficial alguna y se sustenta únicamente de las cuotas mensuales, de las aportaciones de algunos patrocinadores que les facilitan que las equipaciones les salgan gratis a sus gimnastas, y del dinero que ponen ellas mismas para ir comprando poco a poco todo el material necesario.

Entre sus necesidades más inmediatas, según manifiestan, está encontrar una instalación «óptima» para sus entrenamientos, ya que el lugar actual no es precisamente el más «adecuado» por ser demasiado estrecho y bajo para realizar «correctamente sus ejercicios», especialmente, los de aparatos, en los que deben lanzar alto pelotas, cintas, aros o mazas.

«Le estamos muy agradecidas al Ayuntamiento de Sant Josep porque es verdad que colaboró con todo lo que pudo y nos cedió un espacio en el colegio Es Vedrà para empezar a entrenar. Lo que ocurre es que se nos queda bastante pequeño y nos encontramos con muchas dificultades a la hora de ensayar determinados ejercicios», lamentaron.