Levin Kärcher (Heidelberg, 1986) es todo simpatía al otro lado del teléfono desde Frankfurt. Está encantado de que la isla que lo vio crecer se acuerde de él en un momento tan dulce como este: acaba de ganar el premio de la crítica del festival alemán Berlinale a la mejor música por su trabajo en la película ‘Beti y Amare’. Este premio lo otorga la Asociación de Críticos de Cine Alemán dentro del festival y es conocido por su exigencia.

¿Pero cómo ha llegado a algo así un chico de 30 años por su primera película? La explicación tiene mucha miga. «Todo empezó cuando mi madre tuvo la genial idea en 1988 de irse de vacaciones a Ibiza dos semanas que terminaron siendo 22 años», relata entre risas. Él tenía dos años, así que considera a Ibiza su hogar.

«Crecí en la zona de Sant Joan donde empezó mi conexión con la música electrónica, de hecho con 14 años ya empecé a pinchar», recuerda. Por entonces no pensaba que la música pudiera ser su medio de vida, así pensó en estudiar monitor de tiempo libre en el instituto de Sant Jordi. «Pero justo poco antes de matricularme un amigo me dijo que había un curso de música electrónica en Zona 6, la academia de formación de Fernando Monge. Me apunté, estuve allí más de un año y me lo pasé genial. Después de eso fue cuando me vino a la cabeza que podía hacer de la música mi profesión, porque veía que lo que hacía gustaba a la gente y que se me daba bien», añade.

Lastmenstanding

LastmenstandingAsí que se puso manos a la obra y sacó un disco con Nymo, bajo el nombre Lastmenstanding, que gustó mucho en Japón, México, Brasil, Portugal, Francia... «Les llamaba la atención que fuésemos tan jóvenes y nos invitaron a un montón de sitios», explica. Estuvo nada menos que cuatro años pinchando por todo el mundo, una auténtica carrera internacional que arrancó con solo 18 años. «Pero la verdad es que ese no era mi mundo. Se nos daba bien, pero estuve viajando cuatro años, estando solo en hoteles de los 18 a los 22 años. y es un coñazo. Era demasiado. Mi madre me decía: vale chaval, tienes 22 años,has estado en todos estos sitios, pero no te flipes tanto. Y tenía razón», añade divertido.

Entonces se le ocurrió ir a Alemania para ver a su padre y estar allí unos años. «Me matriculé en el instituto SAE de Frankfurt, una escuela de medios audiovisuales muy prestigiosa y con sedes en todo el mundo». Y fue una de esas decisiones que te cambian la vida.

Se le «rompió el corazón» al irse de Ibiza pero el cambio le vino de perlas. En la SAE despuntó por sus conocimientos, talento y carisma hasta el punto de que, tras graduarse, le ficharon como profesor.

«¡De ser el peor estudiante del colegio de Sant Joan y del Instituto Xarc de Santa Eulària, un gandul, a profesor en la SAE!», dice casi incrédulo y con total honestidad. «Nunca me ha gustado el colegio, te tengo que confesar. Creo que recuperé las ganas de estudiar con Fernando Monge», remarca.

Fue en la SAE donde entró en contacto con el director de ‘Beti y Amare’, Andy Siege. «Descubrí que el mundo de la música es mucho más que ser dj, que podía crear música para películas, comerciales...» Y ese trabajo le ha reportado un premio «absolutamente inesperado, porque esta película, de micropresupuesto, competía con otras producciones súperpotentes como ‘Toni Erdmann’, que ha arrasado en todos los premios por los que ha pasado», insiste.

Por muy mal estudiante que haya sido en el pasado, Levin Kärcher demuestra su exquisita educación al insistir en que aparezcan citadas en este artículo varias personas que han hecho posible este premio: «Alula Ayara y Hakan Durur, que contribuyeron a la música, así como a Christian Ruff, director de la SAE de Frankfurt que siempre me ha apoyado, a mi actual jefe de departamento, Jonathan Steetskamp, y Amal Das, también de la SAE».

Kärcher trabaja ahora con uno de los alumnos aventajados, como él lo fue en su momento, Philip Eltz, en un nuevo proyecto musical que se llama Elch (alce en alemán). Una nueva vía para Kärcher, un chico que asegura que tiene «la cabeza alemana y el corazón español», concretamente, «ibicenco».