Este pasado fin de semana han sido las fiestas de Santa Eulalia. Entre teatros, bailes, misas y demás, me gustaría destacar la nueva moda que no puede faltar en una fiesta en mi pueblo: ¡El pasacalles nocturno!

No sé a que avispada mente se le ha ocurrido tal discoteca ambulante, año tras año en las fiestas de Mayo ya disfrutamos de ella por eso no entiendo porqué debemos de repetirla también en febrero. Tal discoteca recorre de punta a punta la calle Sant Jaume, con un nivel de decibelios nunca oído hasta la fecha, y para mayor gozo esta vez disfrute de ella con más detenimiento puesto que tuvieron la gentileza de aparcar durante unos 45 minutos en el portal de mi edificio. Era tal el disfrute que hasta los muebles del piso bailaban al son de la música.

Ni que decir tiene que ninguno de mis hijos pudo dormir hasta que tuvieron a bien apagar el majestuoso camión musical. Rogué tanto a la policia como al responsable de tal fiestón que por lo menos bajaran un poco el volumen, pero estaban concienciados en que todo el mundo disfrutara a tope de tal descomunal jauria.

Al responsable:

- ¿Por qué estas cosas no se montan el sábado? Al día siguiente los niños tienen cole y deben descansar.

- ¿Para que montar un cirio de tal calibre para aproximadamente 20 personas? Las conté.

-¿Por qué nadie bajo un poco el volumen cuando lo pedí educadamente?

-¿Por qué no se busca un lugar alternativo donde montar esta disco donde no moleste a los vecinos?

-¿Por qué el ayuntamiento se salta su propia normativa de ruidos?

- ¿No existe una ordenanza contra el consumo de alcohol en la calle?

-¿Quién defiende al ciudadano cuando el responsable es el propio ayuntamiento?

Por favor; ¡No más pasacalles nocturnos!