Especial 130 aniversario Diario de Ibiza

Doña Luz, la madre del Diario

La viuda de Juan Verdera, propietario de Diario de Ibiza, se enfrentó en plena Guerra Civil a republicanos y franquistas para conservar el matutino decano en Balears que impulsaron sus hijos

Luz Ribas con su hijo Juan Verdera y su nuera María Teresa Fernández, en el puerto de Eivissa.

Luz Ribas con su hijo Juan Verdera y su nuera María Teresa Fernández, en el puerto de Eivissa. / DI

Siete meses después de haber quedado viuda estalló la Guerra Civil y Luz Ribas Ribas (1906-1984) tuvo que defender, primero ante el bando republicano y, luego, ante el franquista, el legado que le dejó su marido, Juan Verdera Mayans, propietario de Diario de Ibiza. «Se enfrentaba a quien hiciera falta. Lo hizo tanto con los de izquierdas como de derechas. Ella dijo esto es mío, es el pan de mis hijos y no me lo quita nadie. Estuvieron a punto de detenerla», explicaba hace cinco años su nuera Lourdes Marí Tur, viuda de Francisco Verdera, que fue director de Diario de Ibiza a partir de 1965 durante 25 años.

Pedro Mas, en la papelería,en una imagen cedida por su hija Carmen. | D.I.

La máquina que se empleaba para estampaciones. / DI

De esta mujer emprendedora por necesidad, por instinto de supervivencia, no hay apenas rastro escrito. Con el paso del tiempo, resulta casi anónima esta mujer, esposa y madre de los propietarios y directores del principal diario de las Pitiusas, y matutino decano en Balears, durante casi todo el siglo XX, en los años en que no sólo el rotativo sino también la isla llevaron a cabo su mayor transformación. En algunas de las fuentes bibliográficas consultadas no aparece ni siquiera su nombre y se la cita como la viuda de Juan Verdera, sin más señas.

Luz Ribas se encargó de la papelería que había en la entrada de la imprenta, en la sede del diario, en la calle Azara

Pedro Mas, en la papelería,en una imagen cedida por su hija Carmen. / DI

En medio del desierto informativo, aparece un pequeño oasis que evidencia el peso que tuvo doña Luz en la subsistencia de Diario de Ibiza y el poso que dejó en sus trabajadores. Aparece en la edición de este diario del 11 de julio de 1965, en la información publicada sobre la toma de posesión de su hijo, Francisco Verdera, como nuevo director del rotativo. Es un pequeño homenaje que le rinde un redactor (F. C. F.), en nombre de «los colaboradores asiduos».

«Mi recuerdo se centra en la primera esperanza que dedicó todo su esfuerzo para estas columnas… Ella repuso, con todo esfuerzo, la mayor eficacia de nuestro primer órgano periodístico. Hoy Doña Luz, como la llamamos familiarmente, estaba ausente en la toma de posesión del cargo destinado para su hijo. Pero la redacción completa (incluidos los compositores y cajistas) y todos los colaboradores sentíamos su presencia completa por ser, además de la madre del nuevo director, la verdadera artífice de todos los años pasados (incluso sin letras para imprimir) de que esta nueva vida de nuestro Diario llegara al vértice que hoy ocupa», agrega la emotiva nota.

Aparte de mantener Diario de Ibiza, doña Luz tuvo que sacar adelante, ella sola, a tres hijos pequeños durante la posguerra. «Eso fue duro. Era una mujer muy valiente», rememoraba Lourdes Marí, que recientemente ha cumplido su 93 aniversario.

Luz Ribas, viuda de Juan Verdera, en un mirador.

Luz Ribas, viuda de Juan Verdera, en un mirador. / DI

Pedro Mas, su mano derecha, estuvo al frente del negocio cuando doña Luz se fue a vivir con sus hijos unos años a Madrid mientras estos cursaban sus estudios de Bachillerato. Ella se encargó de la papelería que había en la entrada de la imprenta, en la calle Azara de Ibiza, donde vendía lápices, libretas, libros y hasta estampas de comunión o bodas. Ahí tenía contacto diario con los redactores y colaboradores del diario (situado en el primer piso) como los montadores que, en cajones, componían letra a letra las planchas que luego, abajo en la imprenta, teñirían de negro las páginas del diario.

Después de la posguerra, Luz Ribas montó y dirigió una imprenta para atender trabajos externos. «Con una máquina Boston hacían los encargos, totalmente separados del trabajo de composición del diario. Los impresores eran Joan Salvador Flores y Joan Riera Roig Palau», explica, en una de las pocas referencias escritas de Luz Ribas la Enciclopèdia d’Ibiza i Formentera.

Otra nuera, María Teresa Fernández, fallecida hace casi cuatro años y que estuvo casada con Juan Verdera, recordaba hace un lustro que, en aquella época, en la que a la inmensa mayoría de las mujeres les tocaba estar en casa, «chocaba mucho» que hubiera alguna, sola, como Luz Ribas Ribas, al frente de un negocio.