Hace 25 años

Hace 25 años El ´Islas Pitiüsas´ seguía en Cala Salada diez días después de que encallara. El 27 de febrero, comenzó la descarga del ferry a través de una rampa. Soldaron una plataforma al buque siniestrado que, unida a remolcadores, permitió extraer los camiones que permanecían en su bodega. Se alivió así al ´Islas Pitiusas´ de unas 240 toneladas de carga, que se esperaba que fueran «decisivas» para poder sacar de allí al barco, que se había convertido en visita obligada durante los fines de semana. El que seguía varado era el ´Tiburón´, hidrofoil que había encallado en Formentera dos meses antes. Una empresa especializada logró arrastrarlo sólo 12 metros el 27 de febrero.

El 1 de marzo Diario de Ibiza anunció que se cerraba la investigación del crimen de Benimussa «por falta de pruebas». Se refería al asesinato de cuatro miembros de una familia alemana ocurrido el 23 de agosto de 1989 en Benimussa. Había sospechosos, pero no pruebas suficientes para imputarles el crimen.

Hace 50 años

Hace 50 años ¿DROGAS, QUÉ DROGAS?. El periodista Enrique Rubio, especializado en sucesos, la lio. En el programa ´A toda plana´ de TVE se le ocurrió decir que Ibiza era una «capital» de la droga. Y, cómo no, Es Diari se escandalizó (algo que hasta hace poco seguía sucediendo cada vez que se mentaba esa bicha). También se quejaba del «analfabetismo ibicenco» por no haber tenido la oportunidad de «aprender la lengua materna». Por eso pedía «cursillos de ibicenco y lengua catalana».

Hace 75 años

Hace 75 añosEl Frente de Juventudes organizaba aquella segunda semana de febrero de 1943 una carrera ciclista que se promocionaba en Es Diari de la siguiente guisa : «Si no nos es infiel la memoria, recordaremos haber visto, en los días cálidos del 42, unas pruebas sobre ciclismo [en las que] camaradas entusiastas bañáronse en el sudor y la emoción deportiva de la juventud». Como esa juventud no podía «estar más empedernida por el vicio», el deporte los alejaría «del precipicio» moral. Al autor del texto le entusiasmaba saber que en breve vería en la meta «los pechos que van a estrellarse contra las frescas brisas». Lógico que a cinco días del campeonato sólo se hubieran apuntado cuatro «camaradas».

Hace 100 años

Hace 100 añosAquella segunda semana de febrero de 1918, Ibiza se preparaba para celebrar los carnavales, para los que el alcalde, Juan Escandell Ferrer, hizo saber, a través de un bando, que el jolgorio tenía límites. Decía que avisaba mediante ese escrito público «para prevenir disgustos y alteraciones en el orden público».

Permitía durante los tres días «el uso de disfraz y careta», pero sólo «durante las horas del día», es decir, «desde la salida a la puesta de sol». De noche, no.

Y ojo: quedaba prohibido terminantemente «hacer parodia alguna que pudiera ofender a la religión, a las buenas costumbres y a las personas». Por ejemplo, que a nadie se le pasara por la imaginación vestir «indumentaria de los ministros» del cristianismo, ni de órdenes militares ni llevar insignias o condecoraciones oficiales del Estado. Además, no estaba permitido disfrazarse con «trajes indecentes e indecorosos» ni hacer discursos «satíricos, insultos o frases inconvenientes».

Se prohibía «en absoluto arrojar papelitos llamados confetis de varios colores mezclados, así como arrojar líquidos de cualquier clase a las personas». Sólo se consentía que esos confeti fueran «de un solo color». Y si se tiraban serpentinas, debía hacerse sin molestar. Otra prohibición: recoger del suelo esos confeti ya arrojados, así como la venta de papelitos de colores mezclados.

Y el alcalde recordó que el gobernador civil había prohibido terminantemente «la mascarada llamada entierro de la sardina o gato, que se venía celebrando la primea noche de cuaresma». No se podía celebrar para «mantener el alto concepto que merecen los prestigios de la religión y en evitación de escándalos que desdicen la cultura y que pueden derivar en desórdenes».

Quien pese a lo avisos hiciera caso omiso, se enfrentaba a multas de una a 25 pesetas, comiso de las mercancías y denuncia ante los tribunales ordinarios.

Pero papelitos de colores, según Es Diari, hubo pocos aquellos días: «No hubo derroche de serpentinas ni confeti, pues el papel se ha encarecido bastante y luego porque... no está el horno para bollos», dejaba clarísimo el redactor del periódico. Había una guerra mundial, hambre, carestía... Carnaval se celebró «con bastante menor animación» que otros años. Pese a todo, hubo bailes en el Círculo Ibicenco, en el Casino, en el Teatro Pereyra y en el Pabellón Serra.