La lidocaína y el glucocemin no tienen nada que ver. La lidocaína es un anestésico local y el glucocemin sirve para restaurar los niveles de glucosa. Dicho así, parece imposible confundirlos. Sin embargo, hacerlo es más fácil de lo que parece, ya que las ampollas de lidocaína al 2% y de glucocemin al 33% de la empresa B. Braun son prácticamente iguales: envase transparente, misma forma y etiqueta blanca y amarilla con letras negras. Esta confusión es una de las calificadas de «alto riesgo», ya que puede causar «daños graves a los pacientes», explica Ana Samper farmacéutica del Hospital Can Misses e integrante de la Unidad de Seguridad del Paciente del Área de Salud de Ibiza Formentera, que dedica la campaña de concienciación del mes de febrero a la «isoapariencia de los medicamentos».

El caso de la lidocaína y el glucocemin no es único. La lista de fármacos que se prestan a confusión, especialmente en momentos de urgencia y tensión, es bastante larga. «Es algo bastante frecuente en la industria, se envasa de forma similar», indica Samper, que explica que la intención de la campaña es concienciar a los profesionales, que tengan muy presente esta posibilidad, que identifiquen los medicamentos que se pueden confundir, que lo notifiquen y que busquen las formas para evitar confusiones. «Identificar medicamentos de aspecto similar es clave para evitar errores y mejorar la seguridad de nuestros pacientes», indica la farmacéutica, que destaca que solucionar el problema de la isoapariencia es uno de los temas que más preocupa ahora mismo a los profesionales. La página 'Stop Errores' es una referencia para todos.

Mismo envasado

«Hay diferentes plataformas en las redes sociales en las que todos compartimos los casos», asegura la experta, que indica que el objetivo último de estas campañas sería que, en los casos de mayor riesgo, si los fármacos pertenecen a la misma empresa, ésta cambie el etiquetado. Aunque esto no es lo más común, en ocasiones ocurre. Samper pone como ejemplo el caso del Risperdal Consta, un antipsicótico, cuyos envases de 25 miligramos, 37,5 y 50 apenas se distinguían. Tras las notificaciones, la farmacéutica puso unas bandas de colores diferentes (rosa, verde y azul) en las cajas.

En la mayoría de los casos, sin embargo, es suficiente con aplicar medidas menos drásticas. Señalar con etiquetas esos medicamentos, como propuso Manuela Sánchez, auxiliar de enfermería del servicio de Farmacia del Hospital de Formentera, en el proyecto 'Nos parecemos, pero no somos iguales' que presentó al concurso de ideas de la USP. O, simplemente, cambiarlas de sitio cuando están muy juntas para que el riesgo de confusión sea menor.

Para la campaña, la USP ha diseñado unos salvapantallas que recuerdan a los profesionales que deben estar alerta a la isoapariencia. En ellos muestran ampollas de medicación que son absolutamente iguales: furosemida, un diurético, y desketoprofeno, un analgésico. Los compara con famosas parejas en las que cuesta diferenciar a sus personajes: Zipi y Zape y Chip y Chop. En uno de ellos, además, añaden el ketocorolaco (un antiinflamatorio) y comparan el trío de fármacos con 'Les tres bessones'.

Además, han grabado un vídeo en el que explican de forma muy gráfica en qué consiste la isoapariencia de los medicamentos. Lo protagonizan Sergio y Carlos, gemelos y enfermeros. La idea de utilizar a unos hermanos le rondaba a la farmacéutica despor la cabeza hacía tiempo. «Pero no sabía dónde encontrarlos», comenta. Cuando se enteró de que en el Área de Salud trabajaban Sergio y Carlos, que reforzaron su parecido vistiéndose y peinándose igual para la grabación, apenas podía creérselo.