El doctor e investigador Sascha Husa es miembro del Grupo de Relatividad y Gravitación (GRG) de la Universitat de les Illes Balears (UIB), el único de España que ha participado en las cuatro detecciones de ondas gravitacionales a través de las colaboraciones científicas LIGO y GEO, y ofreció ayer por la tarde la charla inaugural de la UIB en la extensión universitaria en Eivissa. Antes de su intervención, Husa valoró la importancia de contar con tres detectores en lugar de dos para observar las ondas gravitacionales, cuyos fenómenos más comunes son los agujeros negros. «Nuestro gran reto es observar el Universo segundos después de que se produjera el Big Bang», señaló el investigador en una conversación telefónica.

Antes de pronunciar, 'Las nuevas mensajeras del Universo', Husa, que ofreció esta conferencia en lugar de la científica y también miembro del GRG de la UIB Alicia Sintes, destacó que las ondas gravitacionales (vibraciones en el espacio-tiempo que se generan por procesos violentos como fusiones de agujeros negros, parejas de estrellas de neutrones o explosiones estelares en supernovas) permiten obtener más datos sobre el Universo y disponer de información que, hasta su descubrimiento, era inaccesible. «Las ondas gravitacionales son la única herramienta para observar los agujeros negros, que son estrellas muertas, y comprenderlos. Nuestro objetivo es entender el ciclo de la vida de las estrellas y para ello debemos conocer cómo nacen», explicó el investigador, también profesor de Física de la UIB.

Además, Husa valoró de forma muy positiva que la UIB participe en la primera observación conjunta de la fusión de agujeros negros con la red global de interferómetros LIGO-Virgo, como anunció anteayer la universidad pública a través de un comunicado. «Es un hecho muy importante en el que destacan dos aspectos: se trata de la primera observación de ondas gravitacionales en Europa y, científicamente, lo reseñable es poder contar con tres detectores porque permiten medir de forma «mucho más precisa» el origen de las ondas, es decir, identificar de dónde proceden. «Esto será muy importante cuando se observen estrellas de neutrones, no sólo agujeros negros», afirmó el científico.

Otra de las ventajas que resaltó Husa de la red de detectores es la posibilidad de medir la polarización. «Con los tres detectores de ondas gravitacionales podremos obtener una especie de imagen en tres dimensiones del Universo. Es un gran paso para el futuro», sostuvo el doctor en Ciencias Naturales. Antes de dar ese «gran paso», el científico apuntó que a su equipo le espera «un año muy intenso».

El próximo período de observación comenzará en el otoño de 2018 con una sensibilidad significativamente mejorada. No obstante, esto significará que los modelos matemáticos de esas ondas deberán ser aún más precisos, por lo que no bastará con aplicar los ya creados.

Por último, Husa insistió en que es «un orgullo» formar parte de esta investigación y consideró que es un «buen ejemplo y que puede servir de motivación para los jóvenes de Balears interesados en la ciencia y la tecnología». «Este proyecto internacional les puede brindar muchas oportunidades, por lo que deben seguir sus sueños», concluyó el investigador.