La playa de Talamanca lució ayer por fin la bandera verde después de estar tres días cerrada al baño por una fuga de aguas residuales del antiguo emisario. Una vez instalado el nuevo, cuyo tramo marítimo se inicia en es Botafoc, se reabrió a las diez y media de la mañana. A los pocos minutos, tanto la zona de baño como los bares y restaurantes ya registraban una afluencia típica de un día de julio.

El Ayuntamiento decidió que el agua era apta para el baño después de recibir los resultados de los análisis que confirman que se encontraba en buen estado, según anunció a primera hora de la mañana.

Muchos de los negocios han notado la ausencia de los clientes al prohibir el baño en la playa durante este fin de semana. «Tengo 14 habitaciones libres y todos los clientes que se han alojado aquí estos días me han pedido las hojas de reclamaciones», lamentaba una de las encargadas del hostal Talamanca. Por la noche, el cierre también tuvo impacto, y los responsables de los restaurantes, habitualmente muy concurridos, se quejaban de la reducción de ingresos durante los tres días de cierre.

Los turistas fueron ayer los primeros en celebrar la apertura de la zona de baño, después de la decepción por no haber podido disfrutar de sus vacaciones soñadas en los hoteles a pie de playa que habían reservado. Muchos de ellos se quejaban de que sus estancias en la isla eran cortas y que la noticia del cierre les ha obligado a acercarse a otras playas, «con los costes añadidos» que ello comporta, según explicó una turista de Bilbao.

El personal de varios hostales criticó también la incongruencia de vender una imagen de cinco estrellas de Ibiza mientras los problemas de las infraestructuras, muchas de ellas obsoletas, siguen creciendo cada año con la llegada de más turismo. «Ibiza quiere ser una isla de lujo y luego en la prensa ves los titulares que hablan del vertido de fecales. Lo que pasa en esta isla es vergonzoso», criticaba el personal de uno de los hostales. Además, algunos de los trabajadores de los negocios afectados recordaban que situaciones como la vivida en Talamanca «están haciendo que los residentes y los trabajadores se estén arruinando» por las constantes obras de renovación de infraestructuras obsoletas.

Los vecinos de la zona, por su parte, opinaban que este tipo de problemas, que ya han ocurrido otros años, deberían haber sido previstos. Residentes en la isla que acuden habitualmente a la playa de Talamanca explicaban que ya no están tan a gusto en la zona como en otros tiempos. El problema lo atribuyen vecinos y comerciantes a la falta de previsión y al insuficiente mantenimiento de la playa. Entre todos ellos se ha extendido estos días el hartazgo por una situación que arrastran desde hace años.