La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo no ha admitido a trámite el recurso de casación presentado por un policía local que trabajaba en Sant Antoni y que fue condenado por la Audiencia a la pena de tres años y medio de prisión por las lesiones causadas a un joven de 17 años de edad al que golpeó con la porra en la boca y le hizo perder ocho dientes. En consecuencia, R.A.M., sevillano de 34 años de edad y sin antecedentes penales, tendrá que ingresar en prisión, explicaron fuentes judiciales. El Alto Tribunal considera que no se vulneró su derecho a la presunción de inocencia, que existen suficientes pruebas de cargo contra el condenado y que la declaración del menor fue corroborada por varios testigos.

El auto del Supremo recuerda en el capítulo de hechos probados de la sentencia que emitió la Sección Primera de la Audiencia Provincial, fechada el 9 de septiembre del año pasado, que los hechos ocurrieron sobre las dos de la madrugada del 4 de agosto de 2013, cuando el agente condenado y otro policía local de Sant Antoni acudieron a la calle ses Jonqueres, en un lateral del hotel Marco Polo, con el el objeto de poner fin a un botellón en el que estaban participando varios jóvenes.

Según los magistrados, cuando los jóvenes recogían para irse, el joven de 17 años que después resultó lesionado golpeó un contenedor de basura, por lo que los agentes decidieron pedirle la documentación. Como no se identificaba, el policía condenado le agarró para intentar llevárselo al retén. En esta situación, mientras el policía, de espaldas al chico, tiraba de él y éste intentaba zafarse, el joven se agachó a la vez que el agente lanzó un golpe con la porra similar a «un revés de tenis». El menor recibió el golpe en la boca.

El chico, defendido por la letrada Ascensión Joaniquet, perdió siete dientes centrales, tres de arriba y cuatro de abajo. Otro diente central de la parte superior quedó colgando, pero finalmente también lo perdió. Se sometió a ocho implantes, lo que supuso un coste de más de 20.000 euros. El joven estuvo casi dos años en tratamiento para poder colocar los ocho implantes debido a que sufrió pérdida ósea y tuvo que esperar a la regeneración del hueso.

Además de la pena de prisión, R.A.M. tendrá que indemnizar a su víctima con un total de 37.520 euros. También tendrá que hacerse cargo de los costes judiciales, incluidos los de la acusación particular. Tampoco podrá trabajar como policía durante el tiempo que dure la condena.

Por su parte, el agente declaró en el juicio que no hizo nada, que sólo se quitó de encima al joven en un acto reflejo y que no era consciente de haber realizado el movimiento que dejó al menor sin ocho dientes, motivo por el que no indicó nada al respecto en las diligencias iniciales. Según su versión, no entendió lo que había pasado hasta que un perito le explicó que fue un acto reflejo. La víctima manifestó que «hasta el momento en que escupió dientes no había visto al policía». Dijo que el agente le agarró, le giró y le golpeó en la boca con la porra de modo horizontal. Cuatro amigos de la víctima que se encontraban en el lugar cuando se produjo la agresión declararon en el mismo sentido. Todos ellos dijeron que no hubo provocaciones.

Por su parte, el otro policía local corroboró la versión de su compañero, pero manifestó que no vio el momento exacto en el que se produjo el golpe.

Eventual en Sant Josep

R.A.M. se incorporó el 15 de abril de 2013 a la plantilla de la Policía Local de Sant Antoni como policía turístico. Su contrato expiraba el 31 de diciembre de ese año, pero cuando sucedieron los hechos por los que ahora ha sido condenado, el Consistorio le abrió un expediente disciplinario con fecha del 7 de agosto, por lo que fue apartado del servicio y se le suspendió de empleo y sueldo. En noviembre del año pasado ya estaba trabajando como policía interino para el Consistorio de Sant Josep. Ahora tendrá que ingresar en prisión.