Un ibicenco, Francisco Lladó Neuffer, ha presentado ante la Casa Blanca una de las primeras propuestas para construir el muro de separación que el presidente norteamericano, Donald Trump, está empeñado en alzar a lo largo de la extensa frontera que separa Estados Unidos de México. Su estudio, Domo Architecture+Design, radicado en Miami, lo ha titulado «Embellecer la frontera» ( Beautifying the border) y propone emplear 750.000 contenedores de barco en desuso para crear esa colosal barrera. Serían «colocados en diversas configuraciones modulares», según la orografía de la zona: «Se mezclarían con la belleza escénica natural de la región».

El autor califica el proyecto de «sostenible» y afirma que se «fusiona» con la naturaleza, por lo que tendrá, a su juicio, un impacto visual mínimo. Lladó rechaza llamarlo muro y cree que «al desterrar la idea de una pared o una cerca, se eliminan las connotaciones negativas sociales, culturales y físicas asociadas con las barreras visuales y físicas».

«Ha sido -asegura- bien recibido gracias a que no está basado en una división entre países, sino en una visión más positiva y distinta de cómo afrontar un posible problema social». El proyecto adapta la instalación de contenedores a los accidentes naturales, como el río Grande, que se extiende por buena parte de la frontera. Su objetivo es «enterrar la idea de una división mediante un muro» y «camuflar» los contenedores en el entorno: «En las zonas urbanas proponemos crear mercados, viviendas sociales, plazas o centros comerciales».

Asegura que con su proyecto desea «embellecer la frontera». Su diseño «no es político», sino «una reacción» a la concepción del muro convencional. Lladó recalca que está «completamente en contra de poner un elemento tan agresivo como una pared/muro». Está basado en el haha wall, un sistema inglés que consiste en enterrar la frontera en una trinchera, pero manteniendo la conexión visual entre ambos lados.

Lladó no teme que aportar ideas al muro propuesto por Trump dañe la reputación de su estudio.