La previsión de abrir en junio la estación de autobuses del Cetis no se cumplirá. Por ello el teniente de alcalde de Vila, Alfonso Molina, entonaba ayer el «mea culpa» y reconocía que tanto desde el Ayuntamiento como el Consell pecaron de «exceso de optimismo» cuando anunciaron que los autobuses volverían a la estación para la temporada alta. Molina ayer, cuando se constituyó la comisión de seguimiento del convenio que firmaron ambas administraciones para reabrir el Cetis, asumía que, «como mínimo» y con toda la precaución, eso no ocurrirá hasta septiembre, cuando terminará la reforma de la estación si todo va bien.

A pesar de que en aquel convenio se solucionaban el grueso de las discrepancias que mantenían ambas instituciones sobre la viabilidad de trasladar las líneas de transporte a la nueva terminal, faltaban por cerrarse «los detalles». Y ahí de nuevo han surgido las complicaciones que, según Molina, han hecho que a pesar de «no parar de trabajar en este asunto», como indicaba la consellera de Movilidad, Pepa Marí, no se haya llegado a tiempo para reabrir la estación. Marí, mucho más prudente con las estimaciones, no se atreve ni a aventurar un plazo. Lo único que da por seguro es que «ni en el próximo mes» no se habrá terminado lo que aún queda pendiente.

Cada Administración tiene su tarea. Para empezar, al Ayuntamiento le toca trasladar a la empresa concesionaria las características que deberá incluir la reforma de la estación para que la Sociedad Gestora Cetis -participada por Sagalés- lo traduzca a un proyecto de obra que tendrá que recibir la licencia municipal.

A la cuarta fue la vencida

Tras presentar «hasta cuatro versiones», según explicaba Marí, el Consell ha visto bien la última propuesta de Sagalés para ubicar la sala de espera en la planta baja del edificio, que ya adelantaba Diario de Ibiza el pasado 8 de abril. Todas las partes también asumen que con la reordenación de la circulación en el interior de la estación de la planta sótano se perderán dos de las 14 dársenas iniciales, aunque una de las 12 dársenas permitirá autobuses hasta de 15 metros.

Esto se hace en previsión de que estos vehículos de mayor longitud (los más usados tienen 12 metros) puedan operar cuando la estación se dote de un segundo acceso -que construirá el Consell cuando reforme el primer cinturón de ronda-, porque la rampa actual no les da para maniobrar.

Además, al invertir el sentido de la circulación se tendrán que demoler los andenes actuales y rehacerlos en el ángulo contrario. El cambio dotará de más seguridad a los usuarios, ya que subirán y bajarán al autobús «sin pisar la calzada» y desde el lado protegido del vehículo, apuntaba Molina.

El teniente de alcalde asegura que si la empresa es capaz de presentar el proyecto de obra en las próximas semanas, el Ayuntamiento lo autorizaría también rápidamente «porque los técnicos han estado encima».

Pepa Marí añadió que el cambio de extintores y el sistema de extracción de humos que se pedía desde el Consell ya se han acometido «en estos meses» desde que se firmó el convenio. Así que no está todo por hacer.

A la institución insular le toca aprobar el plan operativo de la estación, que básicamente consiste en asignar el espacio disponible a cada línea.

Paradas en superficie

El Consell contempla que los autobuses del transporte público puedan operar «tanto dentro -en la parte subterránea- como en los andenes exteriores -en superficie-», que en el proyecto original se reservaban al servicio discrecional.

Marí comentó que puede ocurrir que «una línea cambie de parada en invierno o en verano» en función de la demanda, y así se especificará en un futuro convenio con Vila para formalizar el traslado de las líneas al Cetis.

Molina pone como ejemplo que pueda considerarse que, para la línea de Platja d´en Bossa se considere más adecuado que en verano, por su alto número de frecuencias, salga desde la planta de superficie «para no perder tanto tiempo entrando y saliendo», pero que luego, cuando la demanda cae en invierno, «se considere más operativo» que salga del interior.

Por su parte, el Ayuntamiento prepara el estudio económico para justificar las nuevas tarifas que se acordaron con el Consell -que hasta la renovación de las concesiones de transporte público asumirán los usuarios con siete céntimos más por billete-.

También redactará el nuevo reglamento de uso de la estación que se tendrá que aprobar en pleno y para lo que cuenta con el asesoramiento del Consell. De hecho, la próxima semana se celebrará una reunión técnica para seguir trabajando el documento.