­El traslado de los fangos de las depuradoras de Ibiza a Valencia ha sido acogido con cierto malestar por la Generalitat Valenciana, debido a la falta de información que ha recibido sobre dicho envío. Ningún organismo del Gobierno valenciano tenía constancia de este proyecto de traslado de lodos de depuradora a su territorio, según publicó en su edición de ayer el diario Levante.

Ni la Entidad de Saneamiento, que fiscaliza el funcionamiento de todas las depuradoras de la Comunidad Valenciana y vela por el destino final de sus lodos, ni la dirección general de Calidad Ambiental, responsable de la gestión de residuos, conocían anteayer la llegada de estos fangos y menos aún su destino final, informó este periódico.

Ante la ausencia de información, la conselleria inició de oficio una investigación para intentar averiguar el recorrido de los residuos. Fuentes de la dirección general de Calidad Ambiental aseguraron que «a falta de la comunicación oficial», que esperaban recibir ayer, la conselleria pudo averiguar que los lodos van a ser gestionados por una empresa autorizada que tiene previsto depositarlos en dos puntos de aquella comunidad autónoma.

Un 80% de los lodos será depositado «en campos de cultivo de Almansa», mientras que un 20% aproximadamente irá a las instalaciones de tratamiento de lodos de la empresa DAM en Carcaixent para su reutilización en la agricultura.

El mismo rotativo informaba de que la mayor parte de la superficie agrícola valenciana ha sufrido en los últimos años el depósito más o menos controlado de decenas de toneladas de lodos. Al parecer, una parte de las tierras se encuentra ampliamente por encima de su capacidad para recibir abonos orgánicos, lo que se traduce en un exceso de nitratos en las aguas profundas que amenaza decenas de abastecimientos urbanos de la Comunidad Valenciana.

Los lodos procedentes de Ibiza están siendo enviados en camiones bañeras cerrados para evitar olores, que utilizan los ferrys que cubren a diario la ruta entre Sant Antoni y Valencia.

Los lodos de depuradora, si bien no están sujetos a la normativa sobre residuos tóxicos y peligrosos, sí tienen restringido su depósito en vertederos y están obligados a un cierto control cuando se trata de aplicarlos como abono agrícola.