El 1 de septiembre era, hace algunos años, una fecha marcada en rojo en el calendario para centenares de aficionados de Ibiza Formentera y Mallorca a la pesca del ´raor´ (lorito en castellano), bocado exquisito convertido en una moda social y gastronómica que con el paso del tiempo ha ido perdiendo atractivo. Ayer la presencia de embarcaciones en aguas de las Pitiusas era más bien reducida. El servicio de inspección de pesca del Consell de Formentera estimó que al mediodía estaban pescando unas 150 embarcaciones de recreo entre el sur de Ibiza y los caladeros tradicionales y más abundantes de Formentera. A esa cifra hay que añadir la presencia de diez barcos profesionales que realizaron sus capturas en la zona de veda parcial, autorizada para ellos, entre los islotes de s´Espardell y de s´Espalmador. Por la tarde el ´raor´ aún no había llegado a las pescaderías locales aunque la previsión es que cuando llegue cueste unos 45 euros el kilo.

A la evidente reducción de la presencia de pescadores en relación a otros inicios de temporada (la pesca se mantiene hasta el 31 de mayo), se sumó ayer un día cubierto, bochornoso y poco propicio para las capturas. Además en el cuadrante sur, en Migjorn y al oeste en la zona de Cala Saona, solo se congregaron una treintena de barcos. Había mar de fondo, por lo que la pesca no resultaba especialmente cómoda. Además en es Freus, con otras treinta embarcaciones, se apreciaban corrientes marinas que dificultaban la pesca.

«Al ´raor´ le gusta el sol», insistía uno de los pescadores que con la caña extendida esperaba que picara alguno en la zona de es Caló de Sant Agustí mientras señalaba el cielo encapotado. Pero además varios aficionados y pescadores profesionales de esta zona señalaban que el hecho de que numerosas embarcaciones de recreo fondeen en verano en la zona de arena donde cría esta especie, puede afectar a la abundancia de la misma. El técnico de Medio Ambiente del Consell de Formentera, Javier Asensio, reflexionaba sobre este hecho, ya que según dijo «está por estudiar el efecto que pueden producir las anclas en los fondos de cría».

De hecho los pescadores consultados coincidieron todos en destacar la «poca pesca» en relación a las anteriores campañas. En cuanto al tamaño de los ejemplares variaba de pequeños, en la zona de es Freus, a los más grandes a lo largo de es Caló y del litoral de es Carnatge, donde se concentraron unas cincuenta embarcaciones por la mañana.

Furtivismo

Los pescadores que cumplen con el calendario oficial de pesca mantienen la sospecha de que otro factor a tener en cuenta es que se producen numerosas capturas fuera del periodo de pesca autorizado, especialmente en el mes de agosto, lo que también influye en el resultado.

La inspectora de pesca de Formentera, Susana Burgos, señaló que no había detectado casos de furtivismo, aunque reconoció que han llegado a sospechar de determinadas embarcaciones a las que han vigilado pero que no han podido expedientar debido a que se trataba de grandes esloras, donde el acceso al interior de la embarcación está limitado y amparado por la «inviolabilidad del domicilio».

Los inspectores explicaron que la nueva legislación, que se aplica desde 2014, obliga a cada embarcación a contar con una licencia de pesca. Este permiso, válido por tres años, permite que cada embarcación cuenta con un máximo de cinco pescadores que pueden llevar dos cañas cada uno. Las capturas totales no pueden superar los 300 ejemplares. En el mes de agosto la conselleria de Formentera expidió una media de entre cinco y siete licencia de barco por día.