Alrededor de noventa embarcaciones de recreo fondeaban ayer a primera hora de la mañana en la playa de ses Salines, una situación que se repite cada día durante los meses de verano. La zona, Parque Natural, está protegida para regular el fondeo sobre la pradera de posidonia. Precisamente, el Govern ha instalado 33 boyas ecológicas con el objetivo de garantizar la preservación de la posidonia. Sin embargo, en la fotografía tomada ayer puede apreciarse la saturación de yates y veleros, casi el triple de la capacidad de las boyas ecológicas, en un territorio de «fondeo regulado prohibido», según la calificación del plan de gestión que se aprobó el pasado mes de mayo. Además, esta zona está protegida por la Reserva Marina.

Los responsables de supervisar que no se cometan infracciones son los vigilantes de la Reserva Natural, coordinados con el Seprona de la Guardia Civil y los agentes de Medio Ambiente. No obstante, la proliferación de embarcaciones que fondean en la playa de ses Salines, así como en otras zonas sensibles, en julio y agosto provoca que las praderas estén sometidas a una fuerte presión de barcos.

El Govern balear pretende aprobar un decreto «lo antes posible» para proteger toda la posidonia y no solo la que se halla en zonas declaradas Lugar de Interés Comunitario (LIC), según explicó la directora general de Espacio Naturales y Biodiversidad, Caterina Amengual, hace unos días. Por su parte, los ayuntamientos de Ibiza también se han mostrado preocupados por la falta de control de los fondeos y plantearon un «frente común», pese a no tener competencias, para reclamar al Govern más vigilancia o para que el Consell lidere un plan para regular los fondeos en toda la isla, según informaron el pasado 21 de julio.