­La playa de Cala Vedella será la segunda de la isla, después de la es Jondal, que experimentará la instalación de una red antimedusas para frenar la llegada de estos urticantes animales a la costa y reducir las molestias que producen a los bañistas. Hoy mismo está previsto que empiecen a instalarse estas redes en una iniciativa conjunta entre la Asociación de Comerciantes y Vecinos de Cala Vedella y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

La actuación consiste en la colocación de una red que en total tendrá unos 200 metros de largo, dispuesta en forma de U, a cierta distancia de la orilla. Su parte frontal tendrá cien metros y cada una de las laterales, otros 50. Carecerá de anclajes en el fondo marino para no dañar a la posidonia y aprovechará los amarres de barcos ya existentes, según indicó el presidente de la citada asociación vecinal, Xicu Ribas.

Submarinistas preparados

La red debía haber llegado ya a Cala Vedella, pero problemas surgidos en la aduana de Marruecos -de donde procede este elemento- mantenía ayer en el puerto de Barcelona el material, que tiene prevista su llegada hoy a Ibiza para proceder a su inmediata instalación. De hecho, en la isla ya se encuentran los cuatro submarinistas y la lancha neumática del CSIC desplazados para colocar este sistema.

La decisión emprendida por los vecinos y comercianes de esta zona turística de Sant Josep es consecuencia del creciente número de medusas que invaden la playa todos los veranos y que crean cada vez más perjuicios a la industria turística y molestias a los bañistas. «Se trata de una cala muy cerrada en la que el agua apenas circula», afirmó Ribas, quien añadió que eso favorece la permanencia de las medusas en la playa.

La colocación de esta red, que tendrá tres metros de altura y será visible en superficie, forma parte de un programa europeo para instalar este tipo de sistemas en aquellas playas que lo soliciten y reúnan una serie de características. Además, el proyecto ha tenido que superar las correspondientes tramitaciones administrativas, señaló Xicu Ribas.

Coste compartido

El coste será financiado a medias por los comerciantes de Cala Vedella y el CSIC. Mientras que el organismo científico nacional aporta la red y los trabajos de colocación, valorado todo ello en unos 30.000 euros, los comercianes deben hacerse cargo del mantenimiento, lo que implica la contratación de submarinistas durante los meses en que esté instalada. Ello supondrá un coste de 20.000 euros para esta asociación privada, que no ha solicitado subvenciones a las autoridades, si bien tienen previsto hacerlo de cara al próximo año si los resultados de esta temporada son positivos.

Los vecinos deberán encargarse del mantenimiento de la red mientras esté instalada -hasta finales de septiembre-, explicó Ribas. Al parecer, la falta de una adecuada conservación en la red de es Jondal, el año pasado, provocó que los resultados de la iniciativa no fueran los esperados. En todo caso, Ribas también recordó que la costa de es Jondal es mucho más sensible a los temporales que la de Cala Vedella.

«El problema de las medusas se agrava cada vez más y hemos de buscar soluciones», afirmó este empresario, que se mostró preocupado al respecto.