­Con la declaración de impacto ambiental favorable del Ministerio de Medio Ambiente, el Club Náutico Ibiza (CNI) espera que se acelere la tramitación para renovar la concesión y remodelar sus instalaciones. Después de «casi cinco años enrocados», como lo describe el director del CNI, Luis Mariano Arabí, confía en que ahora la Autoridad Portuaria de Balears (APB) agilice la tramitación «el máximo posible».

«A ver si este año se puede resolver», declaró Arabí, quien explicó que en condiciones ideales, antes de terminar 2015 deberían recibir el permiso de la APB para llevar adelante la reforma.

Arabí recuerda los años que llevan con la tramitación al ralentí, entre peticiones de informes de Medio Ambiente y las sucesivas subsanaciones de errores en el proyecto, hasta la redacción de su versión definitiva. «Ahora que han resuelto la losa de la declaración de impacto ambiental, esperamos que el resto se apruebe lo antes posible», indicó.

El anteproyecto de reforma prevé una inversión de más de siete millones de euros y las obras podrían terminarse «en un año» si se puede empezar a trabajar este invierno. Las obras, según detalla el presidente del CNI, Juan Marí, se han distribuido en dos fases, con lo que, tras la pausa obligada del verano, se podrían finalizar en el siguiente invierno.

El número de amarres pasará de 298 a 289 en el espejo de aguas. Y se reordenará el espacio para mayores esloras -hasta 15 metros-, adaptándose «a la situación actual», señaló Arabí. Por ello, el director afirmó que lo que se proyecta es «reordenar los muelles y pantalanes» para dar respuesta a esta evolución con unas instalaciones «del siglo XXI».

Las embarcaciones de menor tamaño se podrán llevar a un nuevo módulo de marina seca con capacidad para unas 45 unidades «de hasta 7,5 metros y de poco calado», sobre todo lanchas y neumáticas. En el mar seguirán los veleros y embarcaciones a partir de seis metros.

204 amarres hasta de 10 metros

Para este tipo de barcos pequeños se prevén 66 amarres tras la reordenación. A las embarcaciones de hasta ocho metros se destinan otros 59 atraques, aunque la mayor reserva de amarres, 79, es para los barcos de hasta 10 metros. Las embarcaciones de hasta 12 metros ocuparán 65 fondeos y para las mayores esloras admitidas, hasta de 15 metros, se destinan otros 37.

Según Arabí, actualmente hay una lista de espera de unos 300 barcos y tras la reforma esperan reducir esa cifra entre «la mitad y una tercera parte», entre el espacio que se ganará con la salida del agua de las barcas pequeñas y con quienes no estén interesados en renovar su amarre para el periodo que pueda prorrogar la APB la concesión, que se especula que podría ser de entre 15 y 20 años.

Reordenación del espejo de aguas

El espejo de aguas se distribuirá a partir de un nuevo pantalán central que arrancará del edificio de la sede social -que no está previsto demoler, solo reformar-, en dirección Levante, donde se ubicará el nuevo pantalán exterior que delimitará el perímetro de la marina, formando una gran ´T´ de la que surgirán los muelles interiores.

Estos serán del tipo flotante y no se fijarán en el fondo mediante pilotes, con lo que permitirán la circulación interior de las aguas del puerto y su renovación. El pantalán exterior se compondrá de unos módulos de hormigón de 12 metros de largo y tres de ancho dotados de flotadores en un sistema «especial que rompe el golpe de mar hasta de un metro», según explicó el presidente del CNI. En la cara exterior del muelle amarrarán esloras hasta de 15 metros de bajo con fingers, pasarelas de 12 metros acopladas al pantalán que delimitarán el espacio de atraque y que dotan de mayor seguridad y comodidad.

Según Arabí, el coste de esta reforma, de entre siete y ocho millones de euros, lo tendrán que asumir los socios con amarre. Los socios serán informados en asamblea de los nuevos precios cuando se conozca la duración de la nueva concesión. «La cifra también va en relación a lo que nos cobra la Autoridad Portuaria por el canon de ocupación de aguas», matizó Marí, y agregó que tras muchos años con un canon muy bajo, la APB ya les aplicó una fuerte subida.

Lo que, según el director del club náutico, no cambiará demasiado es la cuota social de los miembros de la entidad, que hoy es de 15 euros mensuales: «Supongo que se mantendrá, en todo caso se ajustará al máximo», informó.

Lo que sucedía antes y se mantendrá después de la reforma de sus instalaciones es la condición impuesta por ley a los clubes náuticos de que, para tener en cuenta su carácter social, reserven el 80% de sus amarres para embarcaciones de menos de 12 metros de eslora. De hecho, Arabí aseguró que el 85% de sus amarres se destinan a embarcaciones de hasta 10 metros.

En tierra, solo crecerá la superficie del recinto para la escuela de vela. Este edificio ganará una planta para acoger un aula en el piso superior. Además, se prevén tres pérgolas para la vela ligera, una nueva estación de combustible, mejorar las medidas contraincendios y las instalaciones de los suministros actuales.