Cómo se viene la muerte tan callando... Tal fue el caso del fotógrafo y amigo Josep Maria Subirà, cuya muerte nos sorprendió a los que le tratábamos más o menos por lo súbita e inesperada. Y como el mejor homenaje que se le puede hacer a los que se van es recordar lo que dejan, me alegro de que con tan poca distancia se le haya hecho un merecido homenaje en el Far de ser Coves Blanques de Sant Antoni, con esa exposición abierta hasta el próximo día 31 en la que se ofrece una amplia muestra de las instantáneas que el artista barcelonés tomó de Portmany en los años 50 y 60, la mayoría para su uso como postales turísticas. Una oportunidad (triste para muchos) de ver la evolución que ha sufrido el pueblo con el turismo, no siempre para bien. En mis años activos le entrevisté varias veces y siempre se lamentaba, con razón, de la maldita inundación que estropeó parte de su rico archivo fotográfico, con los testimonios gráficos de personajes y hechos de una Ibiza que cuidaba mejor que hoy su patrimonio natural y a los artistas que vivían en ella. Por eso puede resultar doloroso para muchos ibicencos y residentes ver las imágenes del Sant Antoni de ayer y compararlas con las de hoy. Pero merece la pena.

Con el estreno de su nueva película, ´Dioses y perros´, mas su incursión en el mundo del teatro con su obra ´Espacio´, me viene a la cabeza la primera imagen que guardo de David Marqués. Serían en los primeros 90, si mal no recuerdo. El hoy felizmente reconocido cineasta trabajaba en una librería y papelería por la zona de sa Graduada en donde uno hacía las fotocopias. No sé si era un negocio familiar. Y a menudo nos enfrascábamos charlando de cine sus buenos ratos. Se le notaba mucho la pasión que tenía por el séptimo arte y contagiaba su entusiasmo adolescente al respecto. Hasta, de alguna forma, un tiempo después le ayudé a que rodará su primer cortometraje, de cuyo título no me acuerdo ahora, convenciendo al jefe del Canal Mediterráneo (donde uno trabajaba entonces) para que le prestará una cámara y tal. Ayuda a la que se sumó encantado el fotógrafo Marco Torres Walker... Buff, parece uno ya el abuelo Cebolletas. Mejor lo dejo. Me alegro, querido David, que las cosas te vayan creativamente tan bien. Que no decaiga.

La letra mejor con amor que con palos. Lo he vuelto a comprobar en mi reciente visita a Dublín, por la que he faltado una semana a esta cita dominical con los lectores de es Diari. Y es que Irlanda es un país que ama con un claro orgullo a sus escritores, lo que produce una notable envidia sana visto desde otros, tal el nuestro, que no destacan precisamente por su índice de lecturas; y en el que el estudio de la humanidades y las artes cada vez está más castigado o restringido. No es de extrañar, pues, que, en relación con su extensión, Irlanda sea el país que tiene el mayor número de premios Nobel por metro cuadrado del mundo. Y que en el centro de su capital haya un estupendo Museo de Escritores, muy bien puesto y con un material de primera sobre sus poetas, novelistas y dramaturgos. Un ejemplo insólito y admirable.

Mira que le gusta a la Academia Sueca sorprender cada año al personal. Parece que disfruta llevando la contraria a las apuestas y expectativas sobre quién será el Premio Nobel de Literatura. Ha vuelto a suceder. Parecía que al fin lo ganaría el poeta sirio Adonis y no, fue para Patrick Modiano, un novelista francés de origen italiano de quien apenas tenía noticias. Una vez me dejó Pedro (librero de Hipérbole) su ´Trilogía de la Ocupación´, pero no me acabó de enganchar. Así que con el respaldo del Nobel le he dado otra oportunidad más. Ahora con ´La hierba de las noches´ (Anagrama), que me llevé en el equipaje. Y no sé, sigue sin entusiasmarme el tal Modiano. Escribe bien, claro, y su mundo literario, tan parisino y nostálgico, podría conectar fácilmente con el mío propio; pero no entro bien aún en su obra, qué le vamos a hacer. Esta vez si la acabé, es corta, y hasta puedo recomendar su lectura; pero con tanto libro interesante pendiente no sé si volveré a frecuentarlo. Cuestión de gustos.