­Casi la mitad de la población del municipio de Sant Josep -concretamente, el 47%- sufre ruidos de intensidad superior a la permitida por la ley, según pone de manifiesto un estudio acústico encargado por el Ayuntamiento y que figura en el expediente de las nuevas Normas Subsidiarias de planeamiento urbanístico. La ordenanza municipal vigente establece un máximo de 55 decibelios durante el día y de 45 durante la noche como valores que no deben ser superados en las zonas residenciales. En las zonas turísticas y de espectáculos se permite llegar hasta 63 decibelios.

Según este informe, elaborado por la consultoría ambiental ibicenca Duna Baleares en 2010, la situación es especialmente crítica en la parroquia de Sant Jordi -que incluye Platja d’en Bossa y sa Carroca-, donde el porcentaje de población que soporta más ruido del legalmente permitido llega nada menos que al 67%. Sin embargo, no son mucho mejores los resultados obtenidos para Cala de Bou, donde el 66% de sus residentes soportan más de 65 decibelios, o en Port des Torrent, con el 59,3% de su población en la misma situación.

Sin datos nocturnos

Para realizar este informe, la consultoría llevó a cabo un total de 118 mediciones durante los meses que van de junio a septiembre, mediante un sonómetro homologado a lo largo y ancho del municipio. Sin embargo, las medidas se tomaron casi exclusivamente en horario diurno, y no nocturno, que es cuando los índices de ruidos aumentan de forma considerable en temporada estival. Solo se practicaron cuatro mediciones en horario de tarde y cuatro más en horario de noche.

A pesar de ello, los resultados obtenidos ponen de manifiesto que incluso durante las mañanas los niveles de ruido en este municipio alcanzan los propios de una gran ciudad. Los 55 decibelios diurnos se sobrepasan también en zonas como Cala Tarida, el casco urbano de Sant Josep, Sant Francesc de s’Estany o ses Salines. Las medidas quedaron en niveles tolerados -aunque altos- en Cala Vedella, es Cubells, sa Caixota, Porroig, Cala Molí o la Revista.

Al analizar el origen exacto de los principales focos de emisión se apuntan a las industrias musicales de Platja d’en Bossa o Cala de Bou, si bien también destaca la contaminación sonora provocada por el tráfico rodado en determinadas carreteras -lo que explica los elevados niveles del pueblo de Sant Josep, por ejemplo- o el tráfico de aeronaves cerca del aeropuerto.

En Cala de Bou se tomaron medidas sonométricas en 17 puntos concretos y se llegaron a alcanzar valores de más de 69 decibelios en cuatro de ellos. En Port des Torrent se registró un punto con 70,8 decibelios, siempre en horario diurno. Sin embargo, el récord de este estudio corresponde a la zona de Sant Jordi, que presenta un lugar con 76,3 decibelios, otro con 74,2, uno más con 72,9 y dos más por encima de 70, además de varios por encima de 65. Estos lugares especialmente ruidosos coinciden con la presencia de locales musicales de Platja d’en Bossa, pero también a tramos viarios de la carretera de Sant Josep o el casco urbano de Sant Jordi.

Se da además la circunstancia de que ni siquiera instalaciones especialmente sensibles se libran de tan destacada contaminación acústica. Colegios, guarderías o espacios naturales protegidos son afectados igualmente por el ruido durante las horas de la mañana.

Los niños que acuden al Colegio Público de Sant Jordi sufren 70 decibelios mientras reciben las clases (el centro está pegado a la carretera), pero otras escuelas, como la de la Virgen de las Nieves, también de Sant Jordi, padece 65 decibelios, igual que el de Can Raspall, el instituto Algarb o el de Cala de Bou. Otros centros se quedan cerca de estos índices. El máximo permitido en zonas docentes es de 50 decibelios, según la ordenanza municipal.