Clau es una tortuga boba de dos años que fue encontrada en una playa de Santa Eulalia por los socorristas hace un mes. Tenía un plástico que le estrangulaba el cuello y las aletas, pero ayer pudo volver a su hábitat natural. «Clau ha estado un mes en el centro de recuperación y se ha recuperado con mucha facilidad», aseguró la bióloga del CREM Elisa Langley, ayer, momentos antes de su liberación.

Niños, jóvenes y adultos amantes de la naturaleza se reunieron ayer en el Aquarium Cap Blanc para asistir a la jornada de puertas abiertas, en la que había diferentes actividades, como una exposición fotográfica de tortugas que han visitado anteriormente el centro, un informe sobre los diferentes diagnósticos, causas de muerte y problemas que pueden sufrir estos animales. Además de un conjunto de juegos, talleres y paneles educativos para los más pequeños.

«Está genial que hagan cosas así porque ayuda mucho a que los más pequeños se conciencien», comentó Paola Torres, una de las madres que acompañó a su hijo a la jornada de ocio y naturaleza.

También se aprovechó para presentar situaciones de rescate de tortugas y delfines y así dar a conocer el protocolo de actuación que hay que seguir en caso de emergencia, además de aprender curiosidades sobre estas especies tan amenazadas y que cada vez es más difícil ver en el mar.

«Pedimos a la gente que no se corte a la hora de encontrarse un animal así. Cualquier pequeña ayuda es importante», explicó Langey.

Los agentes de medio ambiente fueron los encargados de liberar a la tortuga. Para aprovechar el acto, un conjunto de embarcaciones colaboradoras acompañaron a la de la reserva natural de es Vedrá, es Vedranell y los islotes de Poniente hasta el lugar adecuado para liberar a Clau, una zona de corriente alrededor de la misma reserva natural.