Una joven filipina ha ingresado en la cárcel después de ser detenida nada más aterrizar en Ibiza con doce gramos de shabú, una sustancia estupefaciente muy consumida en Asia considerada como una de las drogas más peligrosas del mundo, de la que hasta ahora no se había oído hablar en la isla. Sin embargo, en España se han desarrollado varias operaciones policiales en las que se ha incautado shabú, también conocido como shaboo, meth, crystal, ice o glass en inglés, o como pedacitos de cristal, de hielo o sal gorda en castellano, entre otros nombres.

Esta potente metanfetamina, que en otros países se toma desde hace mucho tiempo, permite a los consumidores permanecer hasta tres días seguidos sin dormir, aunque sus efectos pueden ser nefastos para la salud, puesto que provoca un gran deterioro físico y puede dejar secuelas psicológicas duraderas e incluso permanentes [los efectos dependen de la cantidad y cómo se ingiera: comida, esnifada, inyectada o fumada, que es lo más habitual].

«Me usaron como cebo, me engañaron, me dijeron que me iban a pagar 900 euros por el transporte, pero no sabía que llevaba algo tan peligroso», alegó la mujer detenida, de tan solo 24 años, en su declaración judicial, según ha podido saber este diario. El magistrado Santiago Pinsach, titular del juzgado de Instrucción 4 de Ibiza, decretó el pasado 20 de julio, cuando estaba en funciones de guardia, el ingreso en prisión sin fianza de la joven, acusada de un delito contra la salud pública por tráfico de drogas, en su modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud.

Además, estableció el secreto de sumario sobre el caso, por lo que hasta ahora no ha trascendido información oficial, ni por parte del juzgado ni de la Policía Nacional, que dirigió la operación. Los agentes seguían la pista de la filipina desde Madrid y la arrestaron en cuanto llegó a la isla.

El shabú es un psicotrópico caracterizado por ser tan potente que la Justicia considera una cantidad de notoria importancia 30 gramos, cuando por ejemplo para la cocaína se establece en 750 gramos. La droga se consume fundamentalmente en Estados Unidos y en Asia, aunque está empezando a detectarse su presencia en Europa, a través de las comunidades filipinas. Los efectos de esta sustancia son parecidos a los de la cocaína, pero 10 ó 15 veces más potentes. Es mucho más adictiva y tras el prolongado ´subidón´ posterior a su consumo aparece una fase de largo ´bajón´, a veces con profundas depresiones.

Chamanes africanos

«Tres días despierto, tres días dormido», resumió sus efectos José Luis Conde, jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Madrid, después de que a mediados de marzo desmantelasen una banda de narcos que introducía shabú en la capital. En dos operaciones, desarrolladas de forma simultánea en Madrid, Barcelona y Murcia, los agentes registraron 24 casas, arrestaron a 42 personas y se incautaron de más de ocho kilos de esta sustancia. El shabú se elaboraba en laboratorios en Togo y Nigeria. Los clanes africanos usaban a chamanes que determinaban qué día tenía que salir la droga y proporcionaba patas de gato, como amuletos, a las mulas humanas que transportaban la sustancia a España, para que les diesen suerte y no fueran interceptadas en los aeropuertos.

Conde detalló que la metanfetamina pasaba a Malí y desde allí a Bruselas y Barcelona. La Policía sospecha que luego se distribuía entre la comunidad filipina de Madrid y que otra parte se iba a enviar a Israel, a Italia y a la zona del Levante español. A pesar de la peligrosidad del shabú, hasta el momento no se conoce ningún caso de muerte provocada por el consumo de esta sustancia, según aseguró el jefe de la Brigada Provincial. En cuanto al precio, depende mucho de la oferta y la demanda, aunque rondaría los 500 euros el gramo. Normalmente, se consume en micras, que suelen costar tres euros y producen efectos similares a los de la cocaína, que se distribuye a entre 50 y 60 euros el gramo. Por este motivo, al shabú también se le conoce como «la droga de los pobres».

Se suele fumar normalmente en pipa, puesto que ingerida en cristales puede llegar a provocar la muerte. Como curiosidad, José Luis Conde comentó que no es una droga nueva, que en la Segunda Guerra Mundial la utilizaba el ejército de Japón, sobre todo los kamikazes.