Los tres edificios declarados en ruina a principios del verano pasado, situados frente al Club Nàutic Sant Antoni, siguen vallados a la espera de la demolición, para la que el Ayuntamiento ya concedió permiso. El derribo depende ahora de los propietarios. Mientras tanto, la acera sigue cerrada a los peatones y el paseo marítimo ofrece una imagen lamentable.