­La Associació de criadors des ca eivissenc organizó ayer en Jesús una fiesta de contenido tanto lúdico como reivindicativo, en la que la espectacular demostración del trabajo de caza de una veintena de perros se sumó a las protestas de los criadores ibicencos por la falta de subvenciones para poder mantener el Libro Genealógico de la raza y continuar como agrupación reconocida.

El público pudo comprobar muy de cerca cómo trabaja el ca eivissenc en el campo, buscando, persiguiendo y finalmente cazando los conejos que los organizadores escondieron en unas zanjas cubiertas de matorrales para darle más emoción al asunto. «Si no lo hacemos así, si no se lo ponemos un poco difícil, los cogen enseguida», comentaba uno de los criadores, lo que da buena muestra de la eficacia de esta raza de cazadores natos.

Los espectadores pudieron hacerse una idea de cómo es una cacería en el campo con los podencos, en la que los perros demostraron además una nobleza y una educación exquisita sin pelearse en ningún momento -y eso que eran más de una veintena- y llevando a sus dueños religiosamente el fruto de su caza.

Antonio Serra Torres, presidente de la asociación, aprovechó la jornada para explicar los problemas a los que se enfrentan los criadores. Que la gente conozca al ca eivissenc de cerca «es la mejor manera de recabar apoyos y hacer ver a los políticos que la sede de esta raza tiene que estar en Ibiza y no en Mallorca, que es absurdo», critica el criador. «Pretenden quitarnos el nombramiento como asociación oficial si no presentamos la memoria técnica antes del 31 de diciembre, lo que es imposible porque no tenemos presupuesto», indicó Torres. Así, hace ocho años que tienen un convenio con el Instituto de Biología Animal de Balears (Ibabsa) «pero nunca han querido cumplirlo y así no se puede afrontar el pago de 30.000 euros anuales». «Ya pagamos de nuestro bolsillo el arbol genealógico y sin ninguna ayuda. ¿Encima vamos a tener que poner 30.000 euros cada año?», se lamenta el portavoz de los criadores.

Pero no todo fueron quejas. La asociación buscaba atraer al público con la parte lúdica. Así, la fiesta se completó con una velada musical con Ses Sopris, Genn Marples Band, Marta Colomar Grup y Peter Colours, organizada por Miquel Botja. Todos ellos colaboran gratuitamente en esta trobada para sumarse así a la defensa de la raza del ca eivissenc.

También se sumaron desinteresadamente Antonio Tur Ribas, Antonio Torres, Sergio Torres y José Miguel Riera Torres, cuatro amigos que madrugaron de veras para preparar cinco cerdos a la espada para los asistentes. Más de doce horas, desde las ocho hasta pasadas las nueve de la noche, fueron necesarias para que los cochinos estuvieran al punto. Sal aceite y cava «Freixenet», puntualizaron, sirvieron de condimento para las deliciosas piezas que dieron para unas 200 raciones.