La parroquia de Sant Francesc Xavier ha iniciado los trámites para conseguir que el cementerio viejo de esta localidad, el segundo que existió en Formentera (el primero estuvo al lado de sa Capella de sa Tanca Vella), pueda ser restaurado y abierto al público para su visita, teniendo en cuenta que se trata de una construcción declarada Bien de Interés Cultural (BIC). El párroco, Miquel Àngel Riera, explicó que primero solicitó al Consell un permiso de obra menor, concedido para abrir una puerta provisional que da a la calle Sant Joan, detrás del Jardí de ses Eres que separa el camposanto de la iglesia.

La iniciativa parroquial para recuperar este espacio, de un alto valor histórico, cuenta con la colaboración del Consell de Formentera y más concretamente del departamento de Patrimonio, cuyo técnico, Jaume Escandell Guasch, explicó que se encontraban en el inicio del proceso para lograr restaurar este espacio. Como primera medida está previsto que mañana se desplace el historiador Antoni Ferrer Arbárzuza, a quien se ha encargado un estudio de la evolución arquitectónica del lugar. Se trata de determinar cómo se fue construyendo el Cementeri Vell de Sant Francesc y fijar una fecha de edificación de los distintos elementos que lo componen, desde los muros a las capillas interiores, pasando por las lápidas, muchas de ellas destruidas.

Restos en las sepulturas

Sobre la presencia de restos humanos en las sepulturas, ni el párroco ni el técnico de Patrimonio se atreven a confirmar con certeza la existencia de los mismos. Esta posibilidad requerirá, en su caso, de una prospección arqueológica que no se descarta.

«En función del resultado de ese estudio se tomarán decisiones», apuntó Jaume Escandell. De todas formas indicó que el objetivo final, compartido con la parroquia, es sanear este espacio, limpiarlo de la vegetación que ha crecido en su interior, restaurarlo y finalmente abrirlo al público. Estas actuaciones se acometerán bajo el control del departamento insular de Patrimonio y siguiendo la normativa que regula las actuaciones en bienes catalogados de interés patrimonial, como es el caso.

Existen pocos datos históricos sobre la construcción de este cementerio. En principio los historiadores consultados apuntan a que se instaló poco después de la construcción de la iglesia de Sant Francesc Xavier cuyas obras comenzaron en 1726 y concluyeron en 1738. En cambio en el libro ´Formentera´ de la serie ´Illes Pitiusas´ de Joan Marí Cardona, editado en 1983, se recoge que el 19 de mayo de 1757 se procede al traslado de los huesos de los cadáveres de la fosa de sa Capella de sa Tanca Vella a la actual fosa, en clara referencia al cementerio parroquial.

La fecha de clausura de este camposanto, en cambio, es bastante más precisa y se sitúa en 1938, coincidiendo con la apertura del nuevo cementerio municipal de Formentera. Entonces, la entrada del cementerio viejo se selló, tapiando su acceso, hasta ahora, cuando la parroquia ha abierto una puerta provisional para iniciar los estudios y los trabajos que permitan recuperar este lugar.