­La ausencia de un protocolo establecido para tratar con enfermos contagiosos provocó una situación de alarma ayer por la mañana en el edificio judicial de la avenida de Isidor Macabich. El origen fue la presencia de un detenido que padece tuberculosis, una enfermedad contagiosa producida por el bacilo de Koch que se transmite por el aire cuando el afectado estornuda, tose o escupe. No es necesario un contacto directo para que se produzca el contagio.

El arrestado, M. M. R., natural de Córdoba y de 47 años de edad, pasó la noche solo en los calabozos, según fuentes judiciales. Los agentes de la Policía Nacional que lo trasladaron desde la comisaría se protegieron con guantes y mascarillas cuando conocieron que sufre tuberculosis, posiblemente la enfermedad infecciosa con mayor incidencia en el mundo.

A las once de la mañana la situación era caótica en el edificio judicial, puesto que nadie sabía cómo actuar. «Cuando hemos recibido la llamada del secretario del Juzgado de Violencia sobre la Mujer (VSM) [informando sobre la enfermedad del arrestado] les hemos recomendado que mantuviesen al detenido en una habitación aislada y que se adoptaran las correspondientes medidas de protección», explicó Juan Nieto, delegado de prevención de riesgos laborales del CSIF, sindicato mayoritario en el sector de Justicia en las Pitiusas. Nieto recibió la llamada del secretario cuando ya se había producido la declaración del detenido.

Por iniciativa de los responsables del juzgado de VSM, todos los presentes en la declaración, entre ellos el juez Juan Carlos Torres y el secretario judicial Rafael Sánchez Peña, además de los abogados de la defensa y de la acusación particular, el fiscal, una funcionaria y un agente de la Policía Nacional, se cubrieron la cara con mascarillas para evitar un posible contagio.

El arrestado también se puso máscara y los responsables del juzgado ofrecieron esta misma protección a otras personas que estaban trabajando a esa hora en la primera planta del edificio de los juzgados, entre ellos los periodistas. En algunos casos, el personal del juzgado también utilizó guantes

Nieto reconoció que no existe un protocolo ante casos de este tipo aunque avanzó que la Junta de Personal de Funcionarios de la Administración de Justicia de Balears, que él preside, está estudiando crear uno, puesto que no es la primera vez que se produce una situación de alarma similar.

El juez decano de Ibiza y titular del Juzgado de VSM, Juan Carlos Torres, criticó la ausencia de un protocolo que sí existe en sectores como la Sanidad, apuntó el magistrado, que recuerda algún otro caso similar en sus 25 años de experiencia en la isla, aunque hace mucho tiempo. «Lo que hacemos en estas situaciones es adoptar las medidas que indica el sentido común», explicó Torres.

Mientras tanto, los seis funcionarios del Juzgado de VSM, una de ellas embarazada, seguían trabajando con las mascarillas puestas. Otros funcionarios del edificio judicial denunciaron, alarmados, que el enfermo pasó la noche en el calabozo, que apenas tiene ventilación, y que será necesario limpiarlo a fondo para evitar un posible contagio por parte de los siguientes detenidos que lo ocupen.

Esta situación es atípica y el de ayer es el primer caso de un detenido afectado con tuberculosis en Ibiza que trasciende en los últimos años. Este diario intentó, sin éxito, contactar con responsables de la comisaría de Policía deIbiza para averiguar si tiene un protocolo de actuación ante estas situaciones.

El material utilizado para prevenir un posible contagio (desinfectante para lavar las manos, guantes y mascarillas) fue suministrado por el Instituto Anatómico Forense, el único servicio del vetusto edificio de la avenida de Isidor Macabich de Vila que dispone de estos elementos de protección e higiene.