En estos tres últimos años el fuego ha castigado con fuerza el municipio de Sant Joan, arrasando sus montes y dejando cenizas donde antes había verdes y frondosos bosques, aunque de acuerdo con los datos facilitados hasta el momento, nunca antes se había registrado en la isla un incendio tan virulento como el que empezó en la Vénda des Codolar, en la sierra de Morna, ha rozado las poblaciones de Sant Joan y Sant Vicent de sa Cala y ha llegado hasta la costa. De acuerdo con los datos recabados por este diario, este incendio, que según las estimaciones actuales afecta a alrededor de 1.230 hectáreas, ha dañado más superficie que los incendios contabilizados de 1987 a 2004.

Hace tan solo nueve meses, la tarde del 22 de agosto, comenzó en Benirràs un incendio que acabó arrasando 345 hectáreas de pinar y que aunque se apagó al cabo de dos días, no se dio por extinguido hasta una semana y media después. Aquel día el pánico cundió en Benirràs, según algunos testigos, pues era domingo y la playa estaba abarrotada de gente. En total se evacuó a alrededor de 1.500 personas, la mayoría bañistas, al tiempo que las llamas afectaron a entre 24 y 30 vehículos.

La investigación del origen de este incendio aún continúa abierta. El titular del Juzgado de Instrucción número 4, Santiago Pinsach, imputó a dos personas como posibles responsables del origen de las llamas, aunque ninguno de ellos ha prestado aún declaración.

Un año antes, a las 20 horas del 2 de agosto, se declaró un gran incendio forestal en Punta Xarraca cuyo inicio fue al parecer una negligencia y que obligó a desalojar una vivienda y tres chalés. El fuego, que finalmente arrasó 20 hectáreas de pinar y sabinas, se propagó a una zona de difícil acceso, lo que dificultó en un primer momento su extinción. Según los cálculos realizados por los técnicos, la zona podría tardar entre diez y quince años en regenerarse.

En 2005, la sierra de Morna, concretamente el Puig Gros, había sido pasto ya de las llamas. El origen de este fuego, que afectó a 29 hectáreas de pinar, se situó en una infravivienda donde había mobiliario que podía haber actuado como combustible en la propagación del fuego, según las informaciones publicadas entonces, que estaba ubicada en una vaguada entre tres montes. El fuego comenzó sobre las 9.30 horas y en solo diez ya había quemado la zona de sa Font d´en Verger, entre los municipios de Sant Joan y Santa Eulària.

Este incendio fue el más grave registrado en las Pitiusas desde junio de 2001, cuando ardieron alrededor de cien hectáreas en sa Talaia de sa Cala de Sant Vicent.

Uno de los incendios más graves ocurridos en la isla, aunque no fue Sant Joan el municipio afectado, sucedió en 1994, cuando ardieron alrededor de 350 hectáreas de bosque en los montes de Cas Mut en un incendio que llegó a alcanzar parte de los bosques de la Granada, en Vila.

Años trágicos

En 1988 Sant Joan se veía de nuevo envuelto en llamas. Fue el 20 de agosto, sábado, y el fuego, que avanzaba «como un río de lava» –tal y como se describió entonces– se inició en un lugar próximo a sa Cala de Sant Vicent por la mano de José Ferrer Marí, quien confesó la autoría. En esta ocasión, se vieron afectadas unas 275 hectáreas.

En agosto del año 1983 ocurrió el incendio más grave que se recuerda antes del actual. Los bosques de Morna, Sant Vicent y Sant Joan ardieron, con frentes de hasta ocho kilómetros, durante cinco días. El trágico balance final fue de un millar de hectáreas afectadas por el fuego.

Morna ya había sido víctima de un gran incendio en 1952. Las crónicas de entonces apuntan a que participaron 3.000 personas en la extinción del fuego, muchos de ellos vecinos del lugar, que contaron con ayuda de la lluvia. Las llamas destruyeron estas montañas y se vieron afectadas, entre otras, las fincas de Can Gall y Can Martina.