La directora del Servicio de Emergencias de Balears (SEIB), Isabel Juste, resaltó ayer que las Pitiusas tienen un riesgo «muy bajo» e incluso «mínimo» de sufrir terremotos o tsunamis, y puntualizó que aunque ha habido algunos, «han sido de muy pequeña intensidad».

«En principio, en toda Balears hay un riesgo muy bajo de sufrir un fenómeno sísmico; casi se podría decir que no somos susceptibles de que haya un terremoto», comentó Juste, quien añadió que, según les dicen los expertos, «el riesgo de tsunami es mínimo también».

Juste indicó que el último fenómeno sísmico que afectó a Balears se produjo en el año 2003. «Hubo un maremoto frente a las costas de Argel que provocó un pequeño tsunami en la costa de Levante y Balears y causó destrozos en muchísimas embarcaciones», comentó la directora del SEIB, quien añadió que para que un terremoto ocurrido en otro lugar llegara a afectar a las islas, su intensidad tendría que ser «bastante grande». «De hecho, Argel tiene a veces terremotos muy pequeñitos de los que ni nos enteramos. Y, por ejemplo, este de Lorca, aquí ni siquiera se detectó», apostilló.

Además, Juste recordó que en Ibiza hubo un temblor en 1981 y que tres años antes se produjo otro en el mar, entre la Pitiusa mayor y Mallorca. «Hace mucho tiempo que no ha habido, y la susceptibilidad es mínima», insistió.

Geobal, el plan de emergencias

Pero por si llegara a producirse, Juste resaltó que «todo está organizado y preparado» para que los servicios que deben intervenir en la emergencia sepan «cómo actuar». Esto es así gracias al plan especial sobre riesgos sísmicos, llamado Geobal, que está en funcionamiento desde el año 2005 y que permite organizar a todos los medios en caso de que se produjera, por ejemplo, un terremoto.

Juste explicó que el plan, cuya directora sería en este momento la consellera de Interior, Pilar Costa, consta de varias fases. La primera, de prealerta o de situación cero, se activaría en el caso de que se haya notado un temblor pero no hubiera habido daños ni víctimas, y lo que se haría es informar a los ciudadanos y a los organismos para que estén en alerta. En el caso de que se produjera un temblor mayor, se entraría en la fase de emergencia, que consta de tres niveles: el uno, en el que se activarían los recursos disponibles en la misma zona afectada: el dos, en la que en el caso de Ibiza, se enviarían recursos desde Mallorca por haber daños más graves o víctimas o afectar a más extensión de terreno; el tres, en el que el Ministerio de Interior declararía el interés nacional por la gravedad del fenómeno y llegaría ayuda externa. «Después de esa fase vendría la de normalización o rehabilitación de las zonas afectadas», añadió.

La directora del SEIB indicó que en caso de activarse el Geobal, algo que no ha ocurrido hasta ahora y que para Juste sería «raro» que ocurriera, un comité asesor formado por todos los organismos a intervenir tomaría junto al director del plan las decisiones oportunas, y que se utilizarían diferentes medios para aconsejar a la población y dar órdenes y consignas.