«El número de alumnos por aula en Ibiza está muy encima de la media balear. Eso no ayuda a nuestra educación. No es lo mismo aprender en un aula con 38 estudiantes que en una con 15», así de tajante se muestra Joan Carles Rodríguez, del instituto Balàfia, minutos después del inicio de la reunión extraordinaria del Consejo Escolar Municipal de Santa Eulària. Edu Sánchez, presidenta del consejo, explica que se ha organizado este encuentro para conocer las opiniones y las propuestas de los representantes de los alumnos ya que estos no asisten a las reuniones ordinarias. En horario lectivo (saltándose clases, en el lenguaje estudiantil) y con un taxi llevándoles de la puerta de sus institutos al Xarc, no podían decir que no. «Se ha invitado a representantes de institutos que no están en el municipio porque en ellos están escolarizados muchos estudiantes de Santa Eulària», justifica Sánchez. El 38 por ciento de los alumnos del Balàfia proceden de Santa Eulària y Sant Carles mientras que a Isidor Macabich y Sa Blanca Dona asisten residentes en Santa Gertrudis, Jesús y Puig d´en Valls.

«¿Los alumnos notáis que faltan aulas?», pregunta Edu Sánchez a la decena de estudiantes. «Nos hace falta un nuevo instituto porque este está a rebosar», contesta Elena Marí, del Xarc, opinión que apoya Vicky Alemany, profesora. «En primero de Bachillerato tenemos que cambiarnos de aula constantemente», añade Elena. «Sí, tenemos que hacer encaje de bolillos para que todos tengan un espacio», confirma el director, Pablo Sebastián. Toñi, presidenta de la asociación de padres del centro, recuerda que aún no se ha comenzado a construir el nuevo instituto y que el próximo mes de septiembre, con el nuevo curso, será «imposible» que el edificio acoja a todos los alumnos.

Un instituto «urgente»

«Hace más de seis años que se compró el solar para el colegio Vénda d´Arabí y el nuevo instituto porque ya había una masificación y, además, habíamos vivido una experiencia que no queríamos repetir», apunta la concejala de Cultura, Anna Costa, recordando los años en que el Xarc tuvo que impartir clases por la tarde debido a la falta de espacio. Tanto ella como los padres, profesores y el director del centro lamentan que se haya esperado a que el problema se agrave para que la conselleria reconozca públicamente la necesidad de un nuevo instituto en el municipio. A pesar de esto, critican que no se haya puesto fecha al inicio de las obras.

Dominique Meroni, representante del instituto Isidor Macabich, afirma que ellos también sufren falta de espacio. Los alumnos de los grupos más numerosos (que superan los 30 alumnos) deben, al inicio de cada clase, buscar sillas en las aulas sobrantes para poder sentarse. «Los espacios no son suficientemente grandes para acoger a 35 personas bien. No es posible aprender así, cuando estás al final de la clase no entiendes nada», insiste. Su compañera, Mar Lliteras, asiente. Joan Carles Rodríguez enumera las «carencias» del instituto Balàfia: «Faltan proyectores, cuando los profesores quieren pasarnos una película o un powerpoint tienen que reservar con un mes de antelación. No tenemos persianas, se construyó así, y depende de cómo entre el sol no vemos lo que está escrito en la pizarra porque refleja. Tampoco funciona muy bien la calefacción y hace frío. También tenemos goteras en el polideportivo. El agua ha deformado el suelo y cuando corremos en el gimnasio tenemos que ir con cuidado para no caernos».

El director del Xarc aprovecha para pedir a los arquitectos que diseñen centros educativos que tengan en cuenta la «función» para la que se construyen. No entiende que en el centro que dirige no se haya podido impartir jamás una clase sin encender las luces debido a la orientación. Además, recuerda que las persianas, aunque sean de plástico, resultan carísimas para el presupuesto de los centros. Hasta 6.000 euros puede costar cada una. Fernando Pereira, de Sa Blanca Dona, afirma que hasta hace poco no tenían calefacción mientras que Dominique denuncia que llevan todo el invierno sin otra manera de entrar en calor en clase que no quitarse los abrigos.

Falta de orientación

«¿Qué pensáis de la oferta educativa? ¿De los ciclos formativos y los bachilleratos?», pregunta Victoria Alemany. Joan Carles es el primero en responder: «Hay que solicitar charlas informativas para los de segundo de Bachillerato y también para los de Secundaria porque las tutorías no se están usando para eso». «Los tutores deberían dar más información antes de elegir un Bachillerato», señala Domique. Pablo Sebastián está de acuerdo con la estudiante del Isidor Macabich: «Cada vez es más necesaria la orientación en tercer y cuarto curso de Secundaria. En cuarto para escoger bien el Bachillerato y en tercero porque la modalidad de cuarto ya condiciona bastante». «Es que la opción de ciencias está más clara, pero si quieres hacer alguna carrera de letras no sabes muy bien qué asignaturas te irán mejor», insiste Joan Carles. Elena Marí, del Xarc, abunda en esta idea que comparte el director. «Hay un problema del sistema en los itinerarios. La opción de ciencias está muy definida, pero no así la de letras», indica.

Alicia, orientadora que ha estado callada durante la primera hora del encuentro, duda de si en la mayoría de los centros se hace una orientación vocacional individual con los alumnos, algo que considera que les ayudaría. Tanto ella como las otras educadoras que están en el salón de actos animan a los estudiantes a pedir una cita con la orientadora de su instituto cuando lo necesiten. Además, Anna Costa recuerda que una de estas especialistas atiende a los adolescentes todos los jueves por la tarde en el centro de información juvenil de Santa Eulària.

Edu Sánchez denuncia la falta de una oficina de escolarización para los ciclos formativos en Ibiza. «Hay que hacerlo todo por teléfono», lamenta segundos antes de criticar la lista de espera que hay para acceder a los cursos de mecánica y electricidad. Hasta 30 aspirantes se quedaron sin plaza este curso en el primero, cifra la presidenta del Consejo Escolar de Santa Eulària.

Bruno Torres, uno de los delegados de los alumnos del Xarc que asiste al encuentro, critica que en Ibiza no haya formación profesional relacionada con el campo y el mar. «Yo tengo el PER [título de Patrón de Embarcaciones de Recreo] y trabajo en ello en verano, creo que habría empleos de mecánico de barcos y otras cosas relacionadas con el mar y la pesca», opina.

«No hay suficiente oferta de ciclos relacionados con el mar ni con el ámbito sociosanitario, que sería muy útil con las residencias y el hospital que se van a abrir. Alguien que quiera hacer un curso de auxiliar de radiología, por ejemplo, se tiene que ir a Barcelona», apunta Edu Sánchez. «Yo conozco gente que está estudiando una FP en Mallorca y en Alicante», abunda Joan Carles Rodríguez. «Y hay muchos estudiantes que están interesados en la Formación Profesional y que no la estudian porque tienen que irse fuera de la isla», indica la profesora Victoria Alemany.

Más allá de Bachillerato

«Lo que pasa es que aún ahora te hacen sentir que si no vas a la universidad no vales y no te dan información sobre otras opciones», reflexiona Dominique Meroni. «Que no nos digan solo las opciones de Bachillerato», exige. «Si queréis toda la información sobre FP la tenéis, solo hay que preguntar», levanta la voz Victoria. Pablo Sebastián califica de «ridícula» la oferta de ciclos en Santa Eulària y de «insuficiente» el transporte público para que, por ejemplo, alguien de Sant Carles pueda ir a clase al Algarb, en Sant Jordi. «Es que es más fácil que alguien de Barcelona curse una FP en Tarragona que alguien de Santa Eulària lo haga en Sa Blanca Dona. O se amplía la oferta o se ponen más autobuses», opina la profesora al mismo tiempo que Edu Sánchez pregunta por el fracaso escolar.

«Si no te interesa seguir estudiando pero te obligan, no estudias», responde rápida Dominique. «Es que si en Primaria saben que pasarán de curso hagan lo que hagan se relajan y ya no estudian», opina Toñi. «No, ahora se repite en Secundaria y sigue pasando lo mismo», la contradice Pablo Sebastián. «Pondríamos una cabra en clase y pasaría de curso, con asignaturas suspendidas, pero pasaría», ironiza Victoria Alemany, que después se dirige directamente a los estudiantes. «Es muy chulo aprender, todo esto es por vosotros, todo lo que hacemos es por vosotros, para vosotros. Aprovechadlo», les espeta como discurso final del encuentro, que se repetirá más veces, según confirma la presidenta del Consejo Escolar Municipal de Santa Eulària.

La UIB, el conformismo y la fobia al papeleo

Los representantes de los estudiantes no saben qué contestar cuando la presidenta de la asociación de padres del instituto Xarc les pregunta qué opinan sobre la Universitat de les Illes Balears (UIB).

«Mi hermana me ha dicho que en la información para enviar algunos currículums se indica ´abstenerse licenciados en Balears´», afirma Joan Carles Rodríguez, del instituto Balàfia. «Pues nosotros en el colegio [Puig d´en Valls] hemos tenido alumnos en prácticas que habían estudiado en la UIB y están muy bien preparados», indica la presidenta del Consejo Escolar Municipal de Santa Eulària, Edu Sánchez, que se muestra contraria a generalizar y que está convencida de que el lugar en el que se haya estudiado no tiene tanta importancia como el interés que ponga esa persona.

«Yo hice el doctorado en la UIB y me sorprendió el mutismo del alumnado, el conformismo de los estudiantes. En Balears la población traga con lo que sea. Debemos tomar conciencia de que no podemos conformarnos. Te pueden decir que eso es lo que hay, pero no tienes por qué callarte», señala con vehemencia Victoria Alemany, profesora del instituto Xarc.

El director del centro, Pablo Sebastián, también es de la opinión de que los estudiantes deben luchar por lo que quieren y protestar cuando algo de lo que ocurre en los centros o en clase no les parece correcto. «Por escrito», matiza cuando Elena Marí, alumna del centro, le comenta que hay profesores que no hacen bien su trabajo. «Necesito tenerlo por escrito porque a mí, luego, me piden papeles», insiste. «Es que nosotros no estamos acostumbrados al papeleo», responde la alumna. «Pero si venís os indicamos», concluye el director.