El Palacio de Congresos de Santa Eulària acoge mañana sábado (20 horas) la presentación del segundo volumen de la «trilogía ebusitana», según la describe el propio autor, Lluís Ferrer Ferrer, que narra la historia de un joven hondero de la Ebusus bajo dominación romana y que se inició el pasado año con la publicación de ´Aníbal i s´Ibosità´. Paralelamente, en el mismo espacio se inaugura una exposición de los diecinueve retratos que ilustran el libro, titulado ´Julia i s´Ibusità, anys perduts´, obra del fotógrafo también ibicenco Alejandro Marí Escalera, coautor tanto del diseño como de la maquetación de esta edición.

La obra, de la que se han editado un millar de ejemplares, está prologada por la escritora Iolanda Bonet i Marí y ha contado con la colaboración de la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santa Eulària.

Lluís Ferrer, panadero de profesión y lector compulsivo tanto de cómics como de novelas históricas (entre otras muchas aficiones «típicas de un frikky», reconoce con cierta ironía), ha estructurado esta segunda obra de manera que permita entrar en la trama al lector que no haya tenido acceso al primer libro. De hecho, la primera parte, ´Anníbal i s´Ibosità´, «se sitúa cronológicamente justo en medio» del segundo volumen, mucho más elaborado y extenso que la primera entrega, de la que resulta «una precuela y a la vez una secuela», añade Ferrer.

Aunque el hilo argumental de este segundo volumen sigue siendo el bassetjador ibicenco, el autor ha hilvanado otras historias que corren paralelas y que le ayudan, por una parte, a situar la historia en el tiempo, aunque con alguna que otra licencia narrativa; por otra, le permiten abundar tanto en la psicología de los personajes como en leyenda del hondero.

Para narrar esta historia, el autor se ha servido nada menos que de la colaboración ficticia de dos de los historiadores más renombrados de la antigua Roma: Plinio el Viejo y su hijo adoptivo, Plinio el Joven. En el libro, ambos explican que han intentado ´beber´ de la tradición oral de los ibicencos de entonces (poco después del nacimiento de Cristo, mientras la historia, con el general Aníbal de coprotagonista, se desarrolla dos siglos antes) para conocer la historia del hondero, e incluso Plinio el Joven se desplaza a Ebusus para tratar de completar sus conocimientos sobre ella. No lo logra al no poder vencer la resistencia de los ebusitanos, aliados históricos de Cartago en su lucha contra Roma. De hecho, este rasgo de fidelidad del carácter del insular es uno de los que de manera más enfática se ponen de relieve en la obra. «He creído siempre que el ibicenco es un hombre orgulloso, valiente y honorable, y así he querido presentar al protagonista» de la trilogía, explica el escritor.

Lluís Ferrer, oriundo de Sant Carles, destila también parte de esa añoranza por la esencia de los ebusitanos cuando cincela con tramo grueso la geografía de la isla en la que ubica la mayor parte de la trama de este segundo volumen.

Jugar con la toponímia

Utiliza para ello la toponímia y también la imaginación, y juega con ambas para situar escenas en paisajes conocidos por él desde la infancia: «Hay localizaciones cuya toponímia es la correcta y real y otras que no, con las que juego. En el caso de [la cueva de] es Culleram o cova de ses munyeques, como se la conocía, en el tercer libro se explicará por qué se llama de esta manera. Así como el poblado de sa pedra alta hace referencia a Sant Carles o el puig de s´Argentera» a la cantera de la misma localidad en la que trabaja el padre de s´Ibosità, herrero de profesión.

En esta segunda entrega el autor huye del romanticismo y los finales felices, tanto a la hora de definir el perfil psicológico del protagonista como en el desarrollo de la trama. El hilo argumental está cuajado de reveses para s´Ibostià, y éste no resulta precisamente un ejemplo de virtudes: «El personaje es más difícil de lo que parece porque no es un adalid de la justicia, no va rescatando gente por el mundo. Pero es un hombre de honor, con una honda sed de venganza», explica Ferrer.

La obra también destaca por las constantes referencias a la historia tanto de Roma como de Cartago, dos imperios que se disputaron el control del Mediterráneo y que dejaron su huella en la antigua Ebusus.

La tercera entrega de esta obra, la que cierra la trama, ´Ibosità, cercle tancat´, está previsto que se presente a finales del próximo año.