Las obras de excavación que se están realizando en Dalt Vila para instalar las nuevas tuberías de aguas pluviales y residuales causaron el viernes el derrumbe de varias estructuras de escasa relevancia, colindantes con la zanja que se está abriendo en la calle Murada, que es el vial que une la Plaça de Vila con la calle del túnel del baluarte de Sant Joan. Unos muros y escalones de piedra, así como un ciprés y varias plantaciones se desprendieron y fueron a parar al fondo de la acequia.

Vecinos de Dalt Vila afirmaron que el derrumbe pudo acabar en tragedia, pues estuvo a punto de sepultar a uno de los operarios que trabajaban allí.

Las obras consisten en el tendido de las nuevas canalizaciones de saneamiento de Dalt Vila, que han de enlazar la Plaça de Vila con el paseo de Vara de Rey. El trazado debe discurrir también por el interior del túnel del baluarte de Sant Joan, lo cual es motivo de preocupación para el veterano investigador y vecino del barrio Fernando Bertazioli, que ayer manifestó a este periódico que hay un «grave peligro» de derrumbe de dicho túnel «si las cosas se continúan haciendo como hasta ahora».

Ello es así, explicó Bertazioli, porque la cúpula del túnel se sostiene sobre muros que se asientan en tierra, «y si se mueve la tierra, se cae el túnel», afirmó. Este vecino recalcó que no hay ningún sustento sólido bajo esos muros, lo que equivale a «ir directos a una verdadera catástrofe».

«No se apuntala nada»

El desprendimiento producido el viernes se habría evitado, a su juicio, si en esta excavación se hubiera actuado del mismo modo que en la realizada en el Museo de Arte Contemporáneo durante las obras actualmente en curso. Allí se procedió a apuntalar la excavación «y así aguantaba segura sin problemas». Sin embargo, en el caso de esta acequia «no se está apuntalando nada y, como sigan así, cuando lleguen al túnel, se caerá», insistió.

«Lo que ha pasado hasta ahora tiene poca importancia con lo que puede suceder. Es como si uno está arriba del todo de la torre Eiffel y alguien está con un soplete fundiendo las patas», añadió.

Por ello, «es un trabajo que tiene que estar vigilado constantemente por personal competente y responsable», manifestó Fernando Bertazioli.

Por su parte, el concejal de Casco Urbano y Vivienda, Marc Costa, informó de que, precisamente ayer, la comisión de seguimiento de esta obra, reunida en el Consell, analizó la evolución de los trabajos y el incidente ocurrido. Costa recordó que el proyecto está promovido por el Consell Insular de Eivissa.

«Mensaje de tranquilidad»

En todo caso, el concejal envió un «mensaje de tranquilidad» a los habitantes de Dalt Vila y expresó su total confianza en «la competencia de los técnicos» que llevan a cabo las obras y dirigen el proyecto.

«No hay ningún peligro», proclamó Marc Costa, quien dijo que «lo que han de hacer los técnicos, una vez visto que hay un relleno que se derrumba, es ver la forma más adecuada para que esto no se repita».

En todo caso, el concejal de Vivienda y Casco Histórico del Ayuntamiento de Eivissa recalcó la importancia que tiene esta obra pública, dado que en muchos puntos de Dalt Vila el saneamiento todavía no separa las aguas residuales de las pluviales. Además, la mayor capacidad de recogida que tendrá la nueva instalación permitirá que el agua no se filtre a través de las murallas y debilite su estructura, como sucede hasta ahora.