El ambiente que se vivió durante toda la jornada de ayer en la sala de Cultura de Formentera fue el propio de un encuentro al que se va a escuchar y a aprender algo. Una de las personas que no se perdió ni una sola ponencia ni mesa redonda fue el senador por Ibiza y Formentera, Santiago Marí, que estuvo muy participativo en todos los corrillos.

Pero el sudor frío entre algunos de los asistentes empezó cuando Xavier Pastor, uno de los activistas más destacados del país en la defensa del mundo marino, pronunció la palabra «decrecer» como una de las medidas que los políticos debían tomar para garantizar el futuro del medio ambiente y de la actividad turística. Por la mañana ya lo dijo Pere Muñoz, al que le queda poco al frente de la Agencia de Turismo Balear (ATB): «Menos cantidad y más calidad».

Pero lo que realmente extrañó fue cuando la representante del Ministerio de Fomento, Elvira García, que es la responsable en Madrid de los espacios marinos protegidos, dijo que tenía un año y medio para redactar los planes de gestión de 98 espacios protegidos y que en su despacho en el Ministerio trabajaba solo con otra compañera. Pero además, reconoció que el Estado lleva un año de retraso en esta tarea. Su presencia fue aprovechada para recordar que Formentera aspira a la creación de tres nuevas reservas marinas en sus aguas limítrofes y que una de ellas es competencia del Estado. Ella, en cambio, no tuvo miedo a utilizar la palabra prohibir como solución a determinadas agresiones que sufren los entornos marinos y especialmente el Mediterráneo. «Trabajamos para poner límites», aseguró. En cambio, el representante de los empresarios dijo claramente que no le gustaba la «palabra» aunque apostó por la negociación y el diálogo para «ordenar y regular» en materia de turismo, antes de poner límites.