Andrés Galera admite que en muchas ocasiones el papel de los agentes de medio ambiente es el de «aguafiestas», por lo que no suelen ser bien recibidos en determinados ambientes. «Uno de los casos en los que la situación es especialmente violenta es cuando tienes que abortar una paella porque se hace fuego en un lugar donde está prohibido. Puede haber mucha gente, además con espíritu festivo, y tú vas ahí diciéndoles que no se puede hacer fuego ahí. He tenido momentos bastante tensos con ese tema», señalaba ayer Galera. Esta es una de las situaciones en que, según afirma, sería aconsejable actuar en pareja, del mismo modo que lo hacen otros cuerpos policiales. Los agentes señalan que no se incorpora un nuevo efectivo a la plantilla pitiusa desde hace unos quince años.