Al menos constan 20 denuncias en el historial de J. J. T. C., de mujeres que le vieron masturbándose en el interior de coches. Hasta ahora ninguna había concluido con el policía local sentado en el banquillo de los acusados. Su forma de actuar era siempre similar: aparcaba en una calle, esperaba a que pasase una mujer que le provocase atracción y comenzaba a masturbarse. El 7 de febrero de 2011 una pareja denunció que la hija de ella, que tenía 17 años, sorprendió a J. J. T. C. masturbándose dentro un coche en la calle de la Murtra de Platja d´en Bossa. La chica aseguró que una compañera de instituto, de su misma edad, también vio al policía masturbándose cuando detectó su presencia. Según el hombre que facilitó la denuncia a este diario, al principio el agente usaba un Nissan Micra, cuando todavía estaba en activo, pero después de ser citado a declarar en la comisaría de la Policía Nacional, empezó a masturbarse dentro de un Ford Mondeo rojo. Ninguno de los vehículos eran oficiales, sino que se trata de coches de su propiedad. Una de las adolescentes explicó que el agente dio la vuelta cuando ella se sentó en una parada de autobús, seguramente para aparcar más cerca y poder verla mejor, y comenzó a masturbarse. Esta pareja no continuó con el proceso judicial porque no disponían de recursos para pagar un procurador, que les cobraba 200 euros por sus servicios. El hombre afirma que en la comisaría le enseñaron un taco de denuncias muy grande contra J. J. T. C.