Si a la Federación de Comerciantes de La Marina-Puerto le quedaba alguna duda sobre las intenciones de la Autoridad Portuaria en el Martillo, ayer desapareció. Los representantes de las cuatro asociaciones integradas en esta federación habían pedido reunirse con los responsables de la APB para presentarse y conocer de primera mano su proyecto. El presidente de los comerciantes, Ramón Cabello, asegura que el encuentro fue «cordial» pero con respecto a los usos comerciales en el Martillo las posiciones fueron muy distantes.

Los comerciantes aceptan la construcción de un edificio y validan las razones de la APB, que argumenta que su altura y superficie serán menores de los que tiene el actual. Incluso consideran positivo que se ubique un solárium-mirador en la azotea del inmueble. Lo que no pueden aceptar los comerciantes es la competencia que a su entender supondrían los 24o metros cuadrados de locales comerciales contemplados en el proyecto. Al parecer, los planos incluyen tres locales de 80 metros cuadrados cada uno, pero nadie pudo garantizar a los representantes de la federación que la superficie no se distribuya «en 12 locales de 20 metros, por ejemplo». Los responsables de la APB no renuncian a la explotación comercial del edifico y aseguran que la distribución de los locales y su destino final dependerán de la concesionaria de la marina que gane el concurso, ahora paralizado precisamente a la espera de lo que se decida sobre el edificio.

La APB había asegurado en otras ocasiones que en el edificio no habría usos comerciales para complacer a los comerciantes, sin embargo, ayer Pons indicó a los periodistas que su postura respecto a los locales comerciales «quizás no ha quedado clara». Negó haberse comprometido públicamente a que el edificio no tendría usos comerciales y aseguró que su compromiso con los comerciantes pasaba únicamente por la ausencia de locales de restauración y hostelería. En la reunión con la Federación de asociaciones ni siquiera se descartaron estos usos y se habló de la posibilidad de instalar una cafetería. «No podemos permitir que haya ahí comercios. Nosotros ya tenemos oferta en la Marina y puede crecer para adaptarse a las necesidades de los usuarios de los amarres», apuntó Cabello.

Plazas rotatorias

Mejor sintonía hubo en el resto de asuntos tratados. Los comerciantes desean crear una mesa de trabajo para facilitar la llegada de cruceros a Vila. En este foro estarían representados la Federación, el Consell de Ibiza, Vila y la APB, que se mostró dispuesta a implicarse en esta iniciativa. Aunque la construcción de un aparcamiento subterráneo bajo el Martillo ha quedado descartada por la oposición de las instituciones locales, ni la APB ni los comerciantes renuncian a ella. De hecho, esperan que las 180 plazas que este parking proporcionaría sustituyan a las 190 en superficie eliminadas con la remodelación de la fachada marítima. «Nos han explicado que, si se hiciera, habría plazas reservadas para vecinos, otras para los usuarios de las marinas y las restantes serían rotatorias», señaló ayer Cabello. «Nos parecería una estupidez que esa inversión se perdiera», añadió convencido de que el parking no supondría un colapso de tráfico en la zona del puerto.