­Los agentes de la Policía Local de Formentera realizan las sesiones de prácticas de tiro a las que están obligados anualmente en una galería al aire libre de la zona de es Ca Marí propiedad del extinto club de tiro local, pero que sus socios no pueden usar ya que la instalación no reúne las condiciones de seguridad exigidas por la normativa vigente.

Un portavoz de la Policía Local confirmó que desde hace seis años utilizan «dos veces al año» ese espacio. La primera tirada oficial anual que realizan suele ser entre marzo y mayo y la segunda, entre los meses de septiembre y octubre, que aún no han hecho. La misma fuente señaló que la legislación permite a las fuerzas de seguridad del Estado realizar esas prácticas de tiro en galerías que no estén homologadas, aplicando estrictas medidas de seguridad durante el desarrollo de las pruebas. Cuando realizan las tiradas con sus armas reglamentarias, todo el entorno y el camino cercano quedan cerrados y varios policías locales se apostan en las proximidades para evitar el paso de personas. En esas prácticas participan exclusivamente los agentes de este cuerpo de seguridad.

En cambio, los guardias civiles destacados en la isla durante todo el año se desplazan a Ibiza, concretamente a sa Coma, donde realizan las prácticas de tiro a las que están obligados anualmente.

La galería de tiro de es Ca Marí está situada entre la subestación de Endesa y la planta desaladora. Se trata de una instalación al aire libre que cuenta con una parte de sombra que tiene enfrente, a unos 50 metros, neumáticos apilados para absorber los disparos. Las dianas se colocan sobre unos improvisados palés.

Según el portavoz de la Policía Local, antes tenían que desplazarse al campo de tiro de es Cap Martinet, en Ibiza, pero el coste por agente (21 en la actualidad) y tirada (40 euros) no compensaba económicamente. Por eso tramitaron esa excepción recogida por la ley.

Mientras, la polémica sobre la inversión pública para un campo de tiro sigue abierta y centenares de ciudadanos están firmando la petición de los vecinos de es Cap de Barbaria en contra de este proyecto, una instalación deportiva que costaría a las arcas públicas unos 200.000 euros.