En Cataluña

La sequía solo había provocado seis ertes y suspendido a 27 trabajadores hasta el expediente de Freixenet

CCOO teme una cascada de suspensiones temporales en pequeños productores y toda la cadena de proveedores

Grupo Freixenet

Grupo Freixenet / GRUPO FREIXENET - Archivo

Gabriel Ubieto

El mercado laboral catalán había conseguido hasta ahora capear con sorprendente resistencia las restricciones de agua impuestas por la peor sequía del siglo. Preguntado mes tras mes el secretari de Treball, Enric Vinaixa, sobre posibles expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) al respecto, la respuesta era siempre la misma: "Afectación residual". Tanto es así que, hasta el anunció de Henkell Freixenet, tan solo seis empresas habían registrado expedientes de suspensión justificados por la falta de agua para producir o dar servicio. Unos expedientes que han afectado a 27 trabajadores, sobre un mercado laboral de unos 3,7 millones de personas ocupadas. O lo que es lo mismo, el 0,0007% de los afiliados catalanes, según datos facilitados por la Generalitat.

Una afectación residual hasta que llegó Henkell Freixenet, que ha visto la necesidad de cuadrar sus cuentas a través de un expediente temporal, que le ahorrará durante un tiempo todavía no definido parte de las nóminas de 615 trabajadores, el 80% de su plantilla. La empresa ha notificado su intención de alargar el erte hasta el 31 de diciembre, ya que considera agotados los recursos de flexibilidad interna. Los trabajadores de Henkell Freixenet llevaban cuatro semanas seguidas librando los viernes, a cuenta luego de recuperar las horas cuando volviera a haber faena.

El responsable de CCOO del sector del cava, Antonio Domínguez, rechaza la decisión de la empresa, ya que la situación crítica por la falta de lluvías y el peligro para la viña hace meses que se arrastra y no entiende porque de un día para el otro la dirección toma esta decisión. "El departament de Treball deberá determinarlo, pero no creo que encaje con un supuesto de fuerza mayor sobrevenida", apunta.

Miedo a perder al cliente y no recuperarlo

Desde la central temen que el anuncio de Freixenet provoque un efecto cascada en pequeños productores de la zona, donde la presencia sindical es mínima o nula, y entre los proveedores y que los ertes se acumulen en las oficinas de Treball. Es por ello que reclaman de manera "urgente" una reunión con el Consell Regulador del Cava y al Ministerio de Agricultura para flexibilizar temporalmente los requisitos para producir cava. "Que venga la uva de donde haga falta, no tiene sentido que haya vino base que se esté mandando fuera de España para surtir a nuestros competidores de espumosos y aquí estemos parados. Corremos el riesgo de perder al cliente y que luego no vuelva", apunta Domínguez.

Hace unos meses el crítico estado de los pantanos hacía presagiar daños mayores, hasta el punto de que entre el Govern y los representantes económicos se empezó a trabajar en el escenario de una necesidad masiva de ertes. Treball hizo consultas jurídicas internas para trasladar instrucciones claras a las empresas, si, llegado el momento, estas necesitaban ajustarse por la falta de agua. No obstante, la ligera mejoría de los caudales de agua y la capacidad de ajuste por las vías del uso de las compañías paralizó esas prospecciones.

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