Hace 40 años que el atletismo pitiuso comenzó a ver los primeros albores. A finales de los 70 se empezó a instaurar en las islas un deporte anónimo al que le quedaba toda una historia por escribir.

Aquella eclosión, lenta y disparatada, la propició un grupo de corredores a los que sus vecinos miraban con cierta extrañeza. Y es que por aquel entonces, el desconocimiento del atletismo en Ibiza y Formentera era tal que la mayoría de sus habitantes no concebían la idea de madrugar para calzarse unas zapatillas y salir a correr por el pueblo.

Poco después comenzaron a aflorar los crosses y las primeras carreras populares acompañadas por una veintena de participantes. De aquella época sólo sobrevivieron la Mini Marató de Sant Bartomeu y la Mini Maratón Popular de Formentera, dos de las competiciones más antiguas de Balears que el próximo año celebrarán su 40 edición.

Naturalmente, los pioneros del atletismo pitiuso eran atletas muy distintos a los de hoy. Ellos no corrían empujados por una moda ni para publicar su medalla finisher en Facebook. Todo lo contrario, lo hacían sin apoyos, carentes de información y sin ningún medio donde amplificar su imagen y sus logros de aficionado.

Otra de las grandes diferencias radicaba en su indumentaria y en los complementos, ya que hace 40 años no existían las comodidades y las ventajas que hoy rodean el mundo runner: entrenadores online, pista de atletismo, fisioterapeutas, geles de frío y calor, medias compresoras, zapatillas pronador y supinador, reloj con GPS, suplementos deportivos... Bastaban unas simples zapatillas de suela rígida, cualquier pantalón corto y un reloj Casio para darlo todo en la carretera. Y así eran sumamente felices, incluso sin Instagram, ni Whatsapp, tan solo reuniéndose en un bar o una plaza para conversar.

A pesar de todas estas diferencias, es innegable el sacrificio y el esfuerzo que realizaban en cada uno de sus entrenamientos, la mayor parte de ellos diseñados bajo la improvisación. Prueba de ello es que después de 40 años, algunos atletas de aquella generación todavía conservan marcas muy similares a las que hoy obtienen los ganadores de algunas competiciones populares que todavía se celebran en las Pitiusas.

Diario de Ibiza reunió en la pista de Can Misses a varios de los pioneros del atletismo pitiuso y también a algunos de los corredores más veteranos de la isla para rememorar sus inicios. Durante la hora que duró el encuentro, los trece asistentes recordaron un sinfín de anécdotas entre risas y caras de nostalgia.

Los protagonistas

El entrenador Toni Roig fue el máximo impulsor y la persona que mejor conoce todos los entresijos de aquel fenómeno. «Lo más parecido que teníamos a una pista de atletismo era un trozo de tierra pintada con líneas de cal en el Hipódromo de Can Bufí», recordó el preparador mientras repasaba fotos antiguas con el resto de compañeros.

Toni Vico es el corredor más longevo de las Pitiusas y otro de los fundadores. A sus 77 años todavía sale a entrenar y recuerda gran cantidad de momentos que han marcado su vida. «Una vez gané un cross en Sant Antoni y como premio me dieron un pollo asado» explicó entre risas.

El ibicenco Vicente Tur, de 64 años, tuvo el honor de ser el primer corredor federado en las Pitiusas y el primer campeón de cross. «Recuerdo que en mi etapa como júnior gané la final balear de cross. Y como había un corredor mallorquín al que daban como favorito me hizo especial ilusión llevarme el título de campeón», dijo.

La mayoría de veteranos coinciden en señalar a Toni Suñer como el rival batir en aquella época, donde el running comenzaba a captar sus primeros aficionados. «Antes se tenía una mayor capacidad de sacrificio. Ahora la sociedad vive muy acomodada y eso se refleja en la actitud de los deportistas», señaló el veterano.

Juan Antonio Tur Ribas 'Tarántula' fue el ganador de la primera Pujada a la Catedral que se celebró el 19 de octubre de 1982. «Ahora los corredores tienen más posibilidades de desplazamiento y reciben ayudas que en aquel entonces eran inimaginables. Para tener un chándal había que pedírselo a los Reyes Magos», dijo.

Nieves Tur Muley fue la primera ibicenca en completar un maratón. Lo hizo en Valencia el 7 de febrero de 1997. Once años antes también ganó la Pujada a la Catedral. «Gané la Pujada el 6 de agosto de 1988. Llevaba muy poco tiempo entrenando y recuerdo que mi marido me acompañó todo el trayecto subido a una mobylette», comentó Muley.

La vida deportiva de Vicent Planells está llena de anécdotas y buenos recuerdos. «Antes había menos cemento y las carreras pasaban por preciosos paisajes que hoy ya no existen. Recuerdo crosses muy bonitos en Sant Carles y en una finca de Buscastell», detalló el maratoniano.

Domingo García vivó su época gloriosa a principios de los 80 siendo vencedor de numerosas carreras. «Can Misses era todo campo, aquí se hacían crosses. Los domingos tocaban 36 kilómetros porque pensábamos que cuantos más hiciéramos correríamos más», rememoró García.

El ibicenco Pepe Torres también se incorporó a lo que hoy se conoce como 'la fiebre del running' en una época en la que apenas había poca cultura atlética en las Pitiusas. «Correr en mallas estaba mal visto. La gente se reía de ti. Ahora todo el mundo va con mallas», precisó.

José Cantero ha corrido la friolera de 67 maratones a pesar de empezar a dar sus primeras zancadas con 40 años. «Antes éramos cuatro los aficionados al maratón. Ahora hay una fiebre impresionante y eso es muy bonito», declaró.

Armando Riera es uno de los pioneros del atletismo pitiuso y recuerda los pocos medios de los que disponía cuando era un joven quinceañero. «Para participar en algunas carreras tenía que ir y venir corriendo al lugar donde se celebraba la competición. Nosotros corríamos con las zapatillas que usábamos a diario, ahora los corredores tienen pares para cada prueba», afirmó.

En este sentido, Paco Quirós, uno de los deportistas más carismáticos de las Pitiusas y que ha participado en todo tipo de competiciones, corroboró las palabras de Riera. «Corrí una carrera de 15 kilómetros con botas de militar porque no tenía otra cosa. Era todo muy distinto. Ahora la gente está mucho mejor preparada, tanto el que enseña como el que aprende», recalcó.

Bienvenido Parrilla conoce a la perfección los orígenes de este deporte en las islas. Sus primeras carreras fueron de lo más rocambolescas. «Recuerdo que en Portinatx se organizó un cross y nos presentamos tres corredores, una chica de Palma, Vicent Planells y yo. Además aquello era muy duro y se corría en agosto a las tres de la tarde», aseguró.