La Peña Deportiva naufragó ayer bajo un auténtico diluvio en Santa Eulària y se hunde en el fondo de la clasificación de la División de Honor Juvenil tras encajar su cuarta derrota en casa por la mínima, la décima de la temporada, ante el Gimnàstic Manresa (0-1).

El primer cuarto de hora de partido estuvo marcado por una tromba de agua y granizo que obligó al colegiado a detener el encuentro y a los jugadores a entrar a toda prisa en los vestuarios. En ese periodo apenas se registraron ocasiones, salvo una falta en la frontal que Monti estrelló en la barrera y un disparo desviado del visitante Priego.

Después de 33 minutos con el encuentro suspendido se reanudó el juego, una vez achicaron el agua acumulada varios empleados del club. Pareció salir más fresco el equipo de Raúl Casañ, que tuvo varios acercamientos de entidad en los minutos siguientes en busca del ansiado gol. Pero el tiempo no dio tregua y un nuevo aguacero oscureció el estadio municipal. La integridad física de los jugadores corría peligro por las bolsas de agua acumuladas y el desastre sobrevino a los 33 minutos cuando el visitante Erik tuvo que ser sustituido al producirse una fuerte luxación de tobillo por un tropiezo fortuito. El jugador fue incluso evacuado del campo en ambulancia.

El Manresa reaccionó al susto y pudo adelantarse en el marcador a los 38 minutos en un contragolpe que culminó Escamilla con una errada definición ante el guardameta local Leo.

El propio Escamilla malgastó una ocasión clara desde el punto de penalti a la vuelta del descanso. Sus acciones fueron las más peligrosas hasta ese momento y apenas dos minutos después llegó el 0-1, cuando Alti remachó a la red un balón muerto tras el saque de falta lateral botado por Pere Morgente (min. 48).

Era lo que le faltaba a una Peña Deportiva que estaba obligada a ganar, como dijo su técnico en la previa, para salir del pozo en el que se halla metido. Lejos de reaccionar, la Peña quedó noqueada y pudo recibir el segundo a los 55 minutos. Por suerte para los de Santa Eulària no era el día de Escamilla, que volvió a enviar a las nubes un balón en posición franca para anotar.

El amor propio de los locales acabó imponiéndose y después de un puñado de centros con cierto peligro se atisbó el empate en un remate a la media vuelta de Pau que salió lamiendo el poste derecho de la portería de Sevi (min. 67). La Peña volvió a tener una clara ocasión para sumar al menos un punto en una falta en la frontal que lanzó Monti y que el debutante (en Santa Eulària) Bamba desvió con la puntera a un palmo de la portería. Una cabalgada sin éxito de Monti supuso la última ocasión para el plantel de Raúl Casañ de poder engancharse a una liga en la que empieza a descolgarse de manera irreversible.

Tras el encuentro, Casañ afirmó que en adelante «sólo queda seguir trabajando y corrigiendo errores». El técnico admitió que «si no cambia la dinámica» no saldrán del farolillo rojo. También lamentó la falta de gol del equipo, que sólo lleva cinco tantos en 11 encuentros. «Estamos decaídos porque vemos que se intenta y que no podemos, no llegamos», lamentó el preparador.