La vida de Juan José Méndez es todo un ejemplo de lucha y superación. A los 17 años sufrió un accidente de motocicleta que le hizo perder por amputación la pierna y el brazo izquierdo. Durante los tres siguientes años, Méndez estuvo inmerso en una depresión y llegó a engordar 40 kilos. «Al principio no me podía ni levantar de la silla, llegué a pesar 100 kilos. Cuando monté en bici por primera vez sólo era capaz de recorrer 50 metros y lo que más me dolía no era la pierna, sino el brazo de aguantar mi propio peso», explicó.

El corredor paralímpico disputó este fin de semana, junto a Ricardo Ten, Maurice Eckhard y Joan Reinoso, la Vuelta cicloturista a Ibiza Campagnolo. En la etapa del domingo, resultó sobrecogedor ver cómo el ciclista de 53 años fue capaz de subir la cuesta del carrer Ample valiéndose únicamente de su pierna y su brazo derecho. Lo demostró en la contrarreloj ante el numeroso público que le dedicó una atronadora ovación. «Fue una alegría inmensa ver a tanta gente arriba animándome. Hacer lo que te gusta y encima recibir tanto apoyo y cariño no tiene precio», dijo el corredor.

Actualmente, Méndez dirige junto a Bernat Moreno, una entidad deportiva mediante la cual ayudan a personas que viven en una situación similar a la de ellos. «En Barcelona tenemos un club llamado Génesis y desde la escuela enseñamos y motivamos a la gente. Esa una labor que me llena muchísimo y me da unas ganas de vivir impresionantes», dijo Méndez, quien también precisó sobre la falta de apoyo. «Lo más duro es cuando empiezas. Cuando ya estás arriba no cuesta tanto. Pero desde mi punto de vista todavía queda mucho por hacer. Las instituciones deberían brindarnos más apoyo», señaló.

Cuatro veces paralímpico

Méndez ha participado en cuatro paralimpiadas y ha sido dos veces campeón del mundo, una en persecución (Italia), y otra en contrarreloj (Canada). Ahora su mayor ilusión es acudir a otra cita internacional. «Mi siguiente objetivo es el Mundial de pista que se celebra en Río de Janeiro el año que viene. Estoy esperando a ver qué dice la Federación» confesó.

Otras aficiones

Pero la vida del corredor catalán no sólo se basa en el deporte, también tiene tiempo para practicar otra afición que comparte con su familia. «Otra de mis grandes pasiones es montar a caballo, siempre que puedo voy con mi mujer y mi hija a pasear por la montaña. Me ayuda a relajarme mucho», admitió.

El ciclista terminó muy satisfecho con su actuación en la ronda ibicenca y también reconoció que le encantaría volver a Ibiza. «Es la primera vez que vengo a la isla y me lo he pasado muy bien, aquí la gente es encantadora. De Eivissa me llevo una impresión muy buena. La competición estuvo muy bien organizada y tuvo más repechos de los que podía imaginar», señaló.