La política que está adoptando el Govern durante los últimos meses en referencia a las pruebas deportivas y su impacto en el entorno natural ha puesto en jaque a la Vuelta a Ibiza en bicicleta de montaña. Los organizadores de una de las competiciones insignia de las Pitiusas decidieron ayer suspender la apertura de las inscripciones para la edición de 2017 que tenían prevista para este martes después de reunirse en Palma con los representantes de la conselleria de Medio Ambiente ante la «falta de garantías» de que el evento «pueda desarrollarse con normalidad».

La conselleria únicamente les daría permiso para reunir a 300 de los 1.000 ciclistas previstos. «Entienden que es la máxima capacidad que pueden asimilar los espacios por los que pasamos por motivos de erosión del territorio», explicó ayer el presidente del Club Ciclista Sant Antoni, Juanjo Planells, minutos después del encuentro con los técnicos medioambientales.

No obstante, los impulsores estaban estudiando una reducción de los participantes, ya que fueron inevitables los tapones en la edición que ganaron el olímpico David Valero y Pablo Rodríguez (MMR) el pasado mes de marzo. Una cita que se convirtió en la más numerosa de todas las que se celebran en España por etapas con 1.200 bikers.

El evento generó un volumen de negocio de 1,2 millones de euros, según reveló la investigación llevada a cabo Margarita Alemany Hormaeche y María Antonia García Sastre para la Universitat de les Illes Balears, y lleva años siendo un importante activo en la promoción turística de la isla y su desestacionalización.

Planells aseveró que se sienten con fuerza para «luchar hasta el final» para que pueda llevarse a cabo la ronda ibicenca, aunque reconoció que la reunión fue un chasco. «Salimos como si nos hubieran tirado dos cubos de agua helada por encima. No nos esperábamos estos condicionantes en el primer encuentro, pero es la situación que tenemos y la aceptamos», lamentó el dirigente, quien afirmó que ya han contratado a la empresa que llevará a cabo el informe de impacto ambiental y que se marcan como fecha límite el 20 de diciembre para saber si cancelan la carrera.

El presidente de la entidad sanantoniense aseguró ser «consciente» de las repercusiones que tendría posponer las inscripciones para la Vuelta a Ibiza a falta de cuatro meses para su celebración: «Las principales competiciones del país ya ofertan inscripciones y diferentes paquetes y hay que tener en cuenta que los ciclistas programan con antelación la participación en una prueba de BTT».

«Nunca antes nos habíamos visto obligados a tomar una decisión de estas dimensiones, pero la responsabilidad, prudencia y cautela de las personas que forman nuestro equipo nos obligan a adoptar esta medida, originada por la incertidumbre y falta de garantía de que el evento pueda desarrollarse con total normalidad», concluyó Planells.

La cancelación de la Sant Josep Xtreme por parte del Grup Esportiu Es Vedrà fue el primer varapalo para los aficionados al ciclismo en Ibiza y Formentera. El club decidió aplazar la carrera después de ser alertados por Medio Ambiente de la necesidad de realizar un estudio de impacto ambiental cuando ya no tenían tiempo para realizarlo. La Vuelta a Ibiza debe cumplir la misma normativa (ya tuvieron serios problemas para sacar adelante sin sobresaltos la Ibiza Trail Maratón). De hecho, el trazado de la primera etapa es muy parecido, con el paso por zonas protegidas como la de sa Talaia de Sant Josep.