El Bfit-Muchoticket Puchi entró ayer por la puerta grande en la historia de la Copa de la Reina de balonmano, tras eliminar en la primera ronda al BM Base Villaverde, equipo que milita en la máxima categoría femenina. Las ibicencas, que debutaban en la competición, ganaron por 40-29 al conjunto madrileño, que se vio sorprendido por el ímpetu y el coraje del bloque local, que estuvo arropado por unas 600 personas en el pabellón de Santa Eulària.

La victoria fue el homenaje perfecto para José Antonio Ferrer (padre de la jugadora Ana Ferrer Prohías y del presidente del club, José Antonio Ferrer Prohías), que falleció la semana pasada. «Este triunfo quiero dedicárselo a mi padre», comentó Ana Ferrer una vez finalizado el encuentro.

Al conjunto entrenado por Noel Cardona le salió el partido perfecto. Intenso en defensa, cometiendo muy pocos errores y letal en ataque. También ayudó que el Villaverde, conjunto que la temporada pasada ascendió a la División de Honor, no tuvo su día y nunca supo como gestionar el choque.

Las jugadoras locales salieron a por todas desde el pitido inicial. Tanto es así que en los primeros minutos ya consiguieron una ventaja de 6-2, circunstancia que obligó a Jorge Ruiz-Hidalgo, técnico visitante, a pedir tiempo muerto para realizar los primeros ajustes demasiado pronto.

Sin embargo, no sirvió de mucho porque las pitiusas supieron mantener diferencias que les permitieran vivir relativamente tranquilas.

Todas las jugadoras del plantel isleño asumieron responsabilidades, pero brillaron con luz propia la siempre resolutiva Ana Ferrer, la rapidísima Flor Dumitrescu y dos de los fichajes de este curso, Patricia Cañavera y Rocío Colmena.

Al Puchi no se le acabaron las ideas ni siquiera cuando jugó en inferioridad numérica. Con una jugadora menos en pista, las ibicencas se fueron cinco goles arriba (20-15) gracias al tanto de Ainhoa García en el minuto 27. Esa renta fue con la que las pitiusas se marcharon al descanso, tras transformar Ana Ferrer un penalti (23-18).

En la segunda mitad se esperaba una reacción feroz del conjunto de la capital de España, pero ésta no llegó. El Puchi ahogó la creatividad de las visitantes y fue un ciclón en ataque. Las ibicencas, desatadas, fijaron una máxima diferencia de siete goles (28-21) tras un contraataque culminado por Irene Carrión de forma magistral.

El Villaverde fue incapaz de parar el tsunami azul, que siguió aumentando su ventaja. El Puchi parecía el equipo de División de Honor y el Villaverde el de Plata. Cumplido el primer cuarto de hora de la segunda parte las baleares mandaban 33-24, incluso con dos de sus jugadoras excluidas. Al siguiente minuto la brecha se hizo más grande (34-24).

Renta de hasta doce goles

La renta ibicenca pasó a ser de doce goles y se mantuvo así a falta de ocho minutos para la conclusión. Las baleares ya no iban a dejar escapar el triunfo, a pesar de que el Villaverde intentó maquillar una holgada derrota.

El Puchi certificó su clasificación para la siguiente ronda y consumó su particular venganza, ya que el Villaverde fue el equipo que eliminó a las santaeulalienses en la última fase de ascenso a la División de Honor. Que pase el siguiente.