«No pensamos en subir». Afirmación contundente la de Joan Aloy, vicepresidente del CD Génova, primer rival con el que tendrá que rivalizar la SD Portmany en su camino de retorno al grupo XI, que no cree que su formación tenga viabilidad económica para disputar una liga superior al nivel regional.

El adversario (sexto clasificado, 59 puntos), club fundado hace 25 años en la barriada palmesana de Sant Agustí, ya ha saboreado lo que es la Tercera División. Estuvo tres temporadas (1998-2000 y 2002-03), en las cuales su mejor clasificación fue la del año de su debut (decimotercero con 50 puntos), cerrando el resto de participaciones en decimonovena posición, con camino de retorno a la Regional Preferente. Escaldados por las exigencias económicas de la ruinosa Tercera balear, plantean esta eliminatoria de ascenso como «un premio para los chavales, que incluso se lo querían costear de su bolsillo porque les hacía mucha ilusión», según reconoció el propio Joan Aloy, hombre fuerte junto con el presidente de la entidad, Jaume Frau, del club genovés.

Jóvenes y expertos

Con un equipo que combina mucha gente joven con «veteranos» como son los casos del portero Juanan Sabater -considerado el mejor meta de la Preferente mallorquina-; el centrocampista Iván Moyà (lesionado el pasado fin de semana y que será baja para la liguilla) y el delantero Carlos Jul -gran temporada la suya a sus 31 años, con trece goles-. El técnico del cuadro palmesano David Pons, exjugador en la época dorada del club, pretende que su equipo tenga carácter sobre la cancha y sea competitivo. Y es por ello que, a sabiendas de que el ascenso es pura quimera a día de hoy, saldrán a competir «al máximo». «No entendemos otra forma de jugar», apostilla.

Tras tener que prescindir durante la temporada de varias de sus piezas importantes por motivos disciplinarios, el equipo genovés se ha rehecho con futbolistas de su propia cantera y de la categoría regional de Mallorca. Con todo, es un bloque que se hace fuerte en su diminuto recinto de juego, Es nou Garroveral, por lo que el cuadro sanantoniense deberá cuidarse mucho de las estrategias, en donde cualquier cuero rechazado es igual a peligro de gol. Con todo, los palmesanos no son excesivamente goleadores. Su jugador más destacado es el centrocampista Gero del Olmo, un notable futbolista de banda y que ya cuenta con experiencia en Tercera con el S´Arenal y Collerense.

El joven técnico mallorquín, que cumple su segunda temporada al frente del primer equipo genovés, admitió no conocer mucho del balompié que practican los portmanyistas: «Lo único que sabemos es que suelen jugar en largo, aunque tienen jugadores con mucho criterio. Defienden bien y manejan el ritmo y las situaciones críticas del partido. Será un rival correoso y muy dificil para disputar esta eliminatoria», comentó, indicando después que, como jugador, disputó una fase ante el Portmany hace más de una década. De esa experiencia sabe que en Sant Antoni «se meterán unas mil personas en el campo».

Curiosamente, entre ambos clubes hay más vínculos de los que pudiera parecer en un principio. Y es que el presidente del Portmany, Juanjo Forneri, hijo del mítico Juancho Forneri, exjugador y exentrenador del Real Mallorca, coincidió en el sorteo de calendario con Aloy, que fue amigo del padre del presidente de los portmanyins. Además, un hermano del presidente de los rojillos, Rubén Forneri, fue jugador del Génova y es, además, íntimo amigo del hijo del vicepresidente del club palmesano. El mundo del fútbol es un pañuelo.