La Peña Deportiva emitió ayer un comunicado en el que condenó «cualquier acto de violencia» en referencia a los hechos que sucedieron tras el encuentro de juveniles entre el conjunto de Santa Eulària y el Sant Rafel. Además, la entidad dio su versión sobre lo acaecido, que difiere completamente de la que dio ayer el colegiado del partido, Mohamed Benayat.

Para empezar, la entidad peñista cree que el colegiado es «de la misma quinta que los jugadores» y que hizo señales «de complicidad» con jugadores del Sant Rafel. «Es conocido por todos que uno de ellos es o era también árbitro de categorías inferiores y colega suyo», relata el texto.

Considera el club de la Villa del Río que el trencilla decretó el final del partido «por error» y justifica que el árbitro «pensó que el partido se daba por terminado con victoria del Sant Rafel por quedar la Peña con siete jugadores tras una última expulsión, cuando varios integrantes de la grada transmitieron al colegiado su disconformidad con su actuación».

Expresa el documento que los seguidores no se dirigieron al juez de la contienda «de la mejor de las maneras». Ahí es cuando apareció el progenitor del colegiado, que según la Peña actuó de forma desafiante. «Esto no gustó a un aficionado quien, posteriormente, descubriríamos que era el padre del colegiado, que fue a encararse a dicho sector para recriminar sus comentarios con un provocativo ´os voy a arrancar la cabeza´».

Los gritos hacia Mohamed Benayat tampoco gustaron a los «primos» de este, «quienes se encararon con tono chulesco a los aficionados locales gritando comentarios como ´venga, racistas de mierda, venid si tenéis cojones´. Queremos dejar claro que todo ocurrió en las inmediaciones de la grada y no en el terreno de juego», reza el comunicado.

La parte más importante, la de la presunta agresión al padre del colegiado, se resuelve de la siguiente forma: «El padre del árbitro y otro aficionado se enzarzaron en lo que no pasó de un forcejeo, pues allí los presentes los separaron inmediatamente, no sin la mala suerte de caer este último y golpearse primero contra el banquillo y, al levantarse, con una valla», detalla el escrito, que sigue comentando que por seguridad «fue trasladado a las oficinas del club, mientras que desde la propia entidad se avisaba a las fuerzas de seguridad. Remarcar también que el delegado y directivos del club estuvieron en todo momento con su hijo, tanto en el campo como en la zona de vestuarios, brindándole protección ante el ambiente creado por dicha discusión, pues este, identificando a su padre como uno de los implicados en el forcejeo, se encaró también con la grada. Una vez llegados cuatro agentes de la Policía a las instalaciones entraron a la zona de vestuarios para posteriormente escoltar a padre e hijo hasta su vehículo», acaba la nota.